Del 2 al 10 de junio, la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada ha sido el escenario de una de las pruebas más decisivas en la formación de sus estudiantes: la Evaluación Clínica Objetiva Estructurada (ECOE). Más de 250 alumnos de sexto curso del Grado de Medicina se enfrentan estos días a un examen práctico que evalúa mucho más que conocimientos teóricos: pone a prueba su capacidad para ser médicos en condiciones reales.
La ECOE es un sistema de evaluación reconocido internacionalmente, diseñado para medir las competencias clínicas de forma estructurada, objetiva y equitativa. A través de 12 estaciones clínicas, los estudiantes rotan por escenarios que reproducen situaciones asistenciales reales, con la ayuda de seis actores que interpretan pacientes en distintos contextos sanitarios.
Los casos clínicos abarcan múltiples especialidades como Urgencias, Pediatría, Cirugía, Ginecología, Psiquiatría o Medicina Interna. Cada estación plantea un reto distinto: desde la anamnesis hasta la exploración física, el juicio clínico, habilidades comunicativas o técnicas procedimentales.
La prueba se lleva a cabo en el moderno Centro de Simulación Clínica de la facultad, y cada jornada recibe a tres turnos de doce alumnos. Durante aproximadamente dos horas, cada estudiante vive una experiencia casi idéntica a una guardia hospitalaria, pero bajo la atenta observación de evaluadores formados y protocolos estandarizados.
“La ECOE nos permite ver cómo se desenvuelven nuestros estudiantes en situaciones complejas que requieren rapidez, empatía y precisión”, explica Cristina López Espada, vicedecana de Educación Médica e Innovación Docente y jefa de Servicio de Cirugía Vascular del Hospital Universitario Virgen de las Nieves. Junto a ella, han coordinado la prueba otros profesionales de referencia como Eduardo Redondo (Digestivo), Manuel Colmenero (UCI) y Lucas González (Prácticas Clínicas).
Desde la facultad destacan el esfuerzo organizativo y la implicación de profesores, personal técnico y actores, todos ellos imprescindibles para garantizar el rigor de una evaluación que, además, prepara a los estudiantes para un entorno clínico cada vez más exigente.
La ECOE no es sólo una prueba final, sino una oportunidad para demostrar que el futuro de la medicina está en buenas manos. Es, también, un compromiso con la calidad formativa, la seguridad del paciente y la excelencia en la atención sanitaria.
“La formación médica debe estar cada vez más orientada a la realidad asistencial”, subraya López Espada. Y añade: “Con la ECOE, no solo evaluamos lo que saben, sino cómo lo aplican en situaciones donde lo humano y lo técnico se cruzan constantemente”.
Con iniciativas como esta, la Universidad de Granada reafirma su liderazgo en educación médica avanzada, centrada en competencias reales, y deja claro que los médicos del mañana están siendo formados para marcar la diferencia desde el primer día.