Al menos 74 niños están entre las 164 personas que murieron o fueron heridas por minas y artefactos sin detonar solo entre julio y septiembre de 2022
Desde la intensificación del conflicto en Yemen han muerto más de 11.000 niños y niñas han muerto o han sido mutilados, según ha dado a conocer UNICEF en un comunicado. Una cifra que supone una media de cuatro muertes al día.
Casi ocho años después de la escalada del conflicto, más de 23,4 millones de personas, incluidos 12,9 millones de niños, necesitan ayuda humanitaria y protección, es decir, casi tres cuartas partes de la población total. Por lo que se estima que 2,2 millones de niños y niñas en Yemen tienen desnutrición aguda, incluidos cerca de 540.000 menores de cinco años que sufren desnutrición aguda grave y luchan por sobrevivir.
Aunque la tregua que consiguió negociar la ONU se tradujo en una disminución de la intensidad del conflicto, desde el final de la misma a principios de octubre hasta finales de noviembre, 62 niños más han resultado muertos o heridos. Al menos 74 niños estaban entre las 164 personas que murieron o fueron heridas por minas y artefactos sin detonar solo entre julio y septiembre de 2022.
“Miles de niños han perdido sus vidas, cientos de miles más siguen en riesgo de morir a causa de una enfermedad prevenible o de hambre”, advierte la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell.
La vacunación y la educación estancadas
El sistema sanitario en Yemen se encuentra en un estado muy vulnerable, ya que solo el 50% de las instalaciones sanitarias están operativas, lo cual deja a casi 22 millones de personas -10 millones de ellas, niños- sin un acceso adecuado a atención sanitaria.
En este sentido, la cobertura de vacunación se ha estancado a nivel nacional, con el 28% de bebés menores de un año que no han recibido las vacunas rutinarias. Unido a la falta de acceso a agua segura, esto pone a los niños en un riesgo extremo de brotes regulares de cólera, sarampión, difteria y otras enfermedades prevenibles con una vacuna.
A esto se le suma la crisis educativa que viven y que advierten que tendrá graves consecuencias a largo plazo. Y es que, dos millones de niños no acuden a la escuela, una cifra que podría aumentar hasta los 6 millones ya que una de cada cuatro escuelas se encuentran destruidas o dañadas.
“Solo la paz sostenida permitirá a las familias reconstruir sus vidas rotas y empezar a planear su futuro”, ha explicado Russell.