Hoy: 10 de noviembre de 2024
Me cuenta un amigo pescador que las truchas, al menor ruido, se largan buscando la fuerza mayor de la corriente del río, ya que las aguas veloces les dan seguridad. Las truchas huyen ante los peligros.
En cambio los salmones regresan desde el océano al río donde nacieron. Las hembras buscan un hoyo en el que dejar sus huevos que el macho luego rocía con esperma para fecundarlos y, a la vez, defenderlos. Después, macho y hembra deciden morir juntos.
…A ellos les queda la fuga o la muerte política, que son dos maneras de despedirse. A veces, la corriente del río se vuelve turbulenta y, lejos de dar seguridad, surge como emboscada que revela un sensato peligro. También, con frecuencia, los huevos escondidos del salmón son robados y, por mucho esperma que derramen sobre ellos, terminan siendo descubiertos.
El único remedio es decir la verdad. Mejoraría un poco la desvergüenza. Para los que hemos leído La Náusea, este comportamiento es más que nauseabundo.
pedrouve