De propia voluntad, nunca se me hubiese ocurrido leer “Ensayo sobre la lucidez”, de José Saramago, si un buen amigo no me lo hubiese pedido. Surgió el tema influenciados por el bajo porcentaje de votos en las últimas elecciones europeas.
Saramago escribe sobre un País sin nombre en el que, a la hora de votar, los pocos que lo hacen, depositan su papeleta en blanco. Como ese día llovió mucho, el Presidente de Gobierno y el ministro del Interior decidieron repetir las elecciones aguardando mejores resultados: En vano. Más del ochenta por ciento votó en blanco… Y el miedo acudió a los gobernantes que urdieron la trama de abandonar las ciudades a su suerte para que el caos reclamara de nuevo sus servicios. Todo, sin embargo, era armonía sin ellos.
El Presidente y su gobierno decidieron entonces que explotase una bomba en la ciudad más importante, sin calcular que “la broma” segaría la vida de cuarenta personas. El alcalde, valiente, echó la culpa del atentado a quienes la tenían y éstos comenzaron a defenderse matando primero al comisario de policía, que se negó a señalar a los falsos culpables, luego a una mujer casada con un ciego, inocente como todos los demás. Sentencias hubo antes de cometer el crimen… Conclusión: Se vota menos, porque las injusticias y las mentiras son cada vez más grandes.
pedrouve