Hoy: 22 de noviembre de 2024
Moscú respalda una modificación de la ley que clasifica los mapas que cuestionen la “unidad territorial del país”, incluida la península de Crimea y las islas Kuriles, como material extremista punible. Según la agencia rusa TASS, que recoge Reuters, la medida surgió después de que los autores de la modificación de la ley, detectaran que algunos mapas distribuidos por el país excluyen a Crimea y a las islas Kuriles fuera de las fronteras de Rusia.
Tal modificación debe ser propuesta a la Duma, el Parlamento ruso, y, de ahí, debe ser revisada por otras instancias hasta su aprobación definitiva por Vladímir Putin.
Desde 2014, Crimea fue anexionada por Rusia, aunque pocos países la reconocen como parte del país. Por su parte, tras la II Guerra Mundial, las islas Kuriles se encuentran bajo la soberanía de Moscú, pero en disputa con Japón.
La legislación rusa establece medidas conocidas como “antiextremistas”, aquellas aplicadas para combatir la oposición de organizaciones religiosas, periodistas y empresarios, que no estén de acuerdo con las medidas dictadas por Putin. Una manera de que los tentáculos del Kremlin controlen cualquier disidencia importante con la autoridad, tanto a nivel político como cultural.
“En tiempos de guerra, siempre hay medidas especiales”, dice en la red social Telegram Dmitri Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, y uno de los hombres de más confianza de Putin. “Y hay grupos tranquilos de personas impecablemente discretas que ejecutan las reglas de manera efectiva”, continúa.