Las docentes argumentan que el acceso prematuro a estos dispositivos puede causar falta de atención, trastornos del sueño y depresión
Dos profesoras lanzaron el pasado 5 de noviembre diversas campañas en Change.org con el objetivo de prohibir legalmente el uso de teléfonos móviles a menores de 14 y 16 años. Por ello, este jueves planean registrar más de 63.000 firmas en el Congreso de los Diputados en apoyo a esta propuesta.
Las educadoras, preocupadas por los posibles efectos negativos del uso temprano de móviles en niños y adolescentes, fusionaron sus campañas el 16 de noviembre. Argumentaron que el acceso prematuro a estos dispositivos puede causar falta de atención, problemas de concentración, trastornos del sueño y depresión.
Natalia Jiménez, madre, profesora e impulsora de una de las recogidas de firmas, señala su experiencia como madre de dos hijos, uno de 8 y otro de 11 años. “El mayor me pregunta con frecuencia cuándo podrá tener un teléfono”, asegura. Además, como docente de secundaria, destaca la creciente adicción de los adolescentes a los dispositivos electrónicos.
En este sentido, Jiménez advierte sobre la rápida desconexión de los estudiantes en el aula, especialmente si las explicaciones no son breves o si no hay cambios constantes en la dinámica. Además, advierte de que el uso excesivo del teléfono móvil puede tener consecuencias perjudiciales para la salud física y mental de los niños, como falta de sueño, estrés y depresión.
A través de su petición, solicita la aprobación de una ley que prohíba el uso del móvil antes de los 16 años para prevenir problemas de salud mental y física en la infancia y adolescencia.
Ángela Sánchez-Pérez, otra docente, inició una petición similar el mismo día, destacando problemas de déficit de atención y somnolencia en el horario lectivo. Sugiere legislar el uso del móvil hasta los 14 años.
El 16 de noviembre, decidieron unir fuerzas en una sola petición que ya cuenta con más de 63.000 firmas. “Nos unimos para ser más fuertes”, explicaron en la actualización que publicaron en sus iniciativas. “Es necesaria y urgente una regulación”, zanjaron.