PSOE y PP han hecho un acuerdo/pinza con la finalidad de que este lunes ambos partidos se repartan dos miembros cada uno en la Junta Electoral Central (JEC) y apoyen a un candidato de SUMAR en perjuicio del que tenía VOX, pese a que se trata del tercer partido con más representación en el Parlamento.
Es decir, en la próxima Junta Electoral Central (a lo largo de esta legislatura, la actual junta ha abierto expedientes sancionadores a altos cargos políticos, incluido el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, por aprovechar su cargo para hacer propaganda electoral) no estará el partido de Santiago Abascal y sí el de SUMAR de Yolanda Díaz.
Un paso más del PSOE para hacerse con las instituciones, esta vez con apoyo del PP de Feijóo.
De esta forma el PSOE logrará contentar a sus socios de SUMAR y lo hace en detrimento de VOX, obviando tanto PSOE como PP que VOX es el tercer partido en número de representantes en el Parlamento.
Para conformar la nueva JEC, la Mesa del Congreso de los Diputados examinará este lunes a seis catedráticos (todos de Derecho y ninguno de Ciencias Políticas y Sociología, como prevé la Ley Orgánica de Régimen Electoral General, lo que ha causado un hondo malestar en los profesores de esta disciplina).
A estos cinco candidatos de designación política para la JEC se suman ocho magistrados del Tribunal Supremo, que ya han sido elegidos por insaculación.
La Junta Electoral Central es el máximo órgano de la administración electoral española.
Los finalmente designados, tras el paripé del examen por la Mesa del Congreso (a diferencia de lo que ocurre en otros parlamentos, como el norteamericano, el alemán, el francés o incluso el italiano) ya están predeterminados.
Serán Carlos Javier Vidal Prado (que lleva “enquistado” en la Junta Electoral Central desde 2017) y Javier Tajadura Tejada, de las Universidades Nacional de Educación a Distancia y del País Vasco, propuestos por el PP, que pasa de tener un vocal en la actual Junta a dos.
También Francisco Javier García Roca y Mari Luz Alarcón, de las Universidades Complutense y de Castilla-La Mancha (Albacete), propuestos por el PSOE, que conserva así los dos vocales que tiene en la actualidad en el órgano.
Y el quinto no será José Manuel Serrano Ruiz-Calderón, de la Universidad Complutense (vocal de la actual Junta) y propuesto por VOX, sino Alba Nogueira López, de la Universidad de Santiago de Compostela, propuesta por SUMAR y que tiene una fuerte relación de amistad con la vicepresidenta Yolanda Díaz.
Esta jugada beneficia al PP, que gana a un vocal y hace desaparecer del órgano que controla los procesos electorales en nuestro país a la formación política que le drena votos de ciudadanos descontentos con su indefinición, sus cesiones al PSOE y su oposición de boquilla.
También beneficia al PSOE, que se ahorra ceder uno de sus vocales a SUMAR y, sobre todo, ahonda el enfrentamiento entre PP y VOX que tanto beneficia a Pedro Sánchez, maestro en el juego político frente a peones de difusas convicciones y escasas luces estratégicas.
Se trata de Cuca Gamarra, González Pons, Borja Sémper y la apesebrada y satisfecha fauna de Génova, de corto tacticismo.
Por su parte, SUMAR, en proceso de descomposición, coloca a una correligionaria de Yolanda Díaz.
Y VOX, tercera fuerza política en representación parlamentaria, que ya fue privado, con la íntima satisfacción del PP, de representación en la Mesa del Congreso de los Diputados, será el gran perjudicado de una jugada que exuda falta de ética (de esa con la que los dirigentes de PP, PSOE y SUMAR se llenan la boca).
El próximo lunes, pues, la Mesa del Congreso de los Diputados examinará a seis catedráticos, todos de Derecho y ninguno de Ciencias Políticas y Sociología, como prevé la Ley Orgánica de Régimen Electoral General.
Esto ha causado un hondo malestar en los profesores de esta disciplina.
Se trata de los propuestos por los cuatro partidos con mayor representación parlamentaria para elegir a cinco de ellos como vocales (junto a ocho magistrados del Tribunal Supremo, ya elegidos por insaculación) de la Junta Electoral Central, máximo órgano de la administración electoral española.
Según fuentes solventes, entre los cinco electos por la Mesa, en una de esas votaciones de reparto de cromos a la que los partidos políticos españoles son tan aficionados, no se encontrará el propuesto por VOX.
Tras el “paripé” del examen por parte de la Mesa del Congreso (a diferencia de lo que ocurre en otros parlamentos, como el norteamericano, el alemán, el francés o incluso el italiano) el resultado en el nuestro está ya predeterminado.
Serán miembros de la JEC Carlos Javier Vidal Prado (que lleva “enquistado” en la Junta Electoral Central desde 2017) y Javier Tajadura Tejada, de las Universidades Nacional de Educación a Distancia y del País Vasco, propuestos por el PP, que pasa de tener un vocal en la actual Junta a dos.
También Francisco Javier García Roca y Mari Luz Alarcón, de las Universidades Complutense y de Castilla-La Mancha (Albacete), propuestos por el PSOE, que conserva así los dos vocales que tiene en la actualidad en el órgano.
Y el quinto miembro no será José Manuel Serrano Ruiz-Calderón, de la Universidad Complutense, vocal de la actual Junta, y propuesto por VOX, sino Alba Nogueira López, de la Universidad de Santiago de Compostela, propuesta por SUMAR y a la que une una fuerte relación con la vicepresidenta Yolanda Díaz.
La jugada beneficia al PP, que gana un vocal y hace desaparecer del órgano que controla los procesos electorales en nuestro país a la formación política VOX, que le drena votos de ciudadanos descontentos con su indefinición, sus cesiones al PSOE y su oposición de boquilla.
También beneficia al PSOE, que se ahorra ceder uno de sus vocales a SUMAR y, sobre todo, ahonda el enfrentamiento entre PP y VOX, que beneficia a Pedro Sánchez, maestro como siempre en el juego político frente a peones de escasas luces estratégicas.
Es el caso de Cuca Gamarra, González Pons, Borja Sémper y la apesebrada y satisfecha fauna de Génova, de corto tacticismo.
Por su parte, SUMAR, en proceso de descomposición, coloca a una correligionaria de Yolanda Díaz.
Y VOX, tercera fuerza política en representación parlamentaria, que ya fue privado, con satisfacción del PP, de representación en la Mesa del Congreso de los Diputados, será el gran perjudicado de un acuerdo que exuda falta de ética.
La actual dirigencia del PP (que en numerosos Ayuntamientos gobierna gracias al apoyo de VOX) no vislumbra que esta pinza tendrá efectos contrarios a los que se pretende y supone un nuevo enjuague y otra colonización de las instituciones en favor del PSOE pero con aquiescencia del PP.