Pesos pesados

22 de marzo de 2024
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El papa Juan XXIII. | Flickr

Fue reconocido como el papa bueno por todos los países y gobernantes del mundo. Antes de ser elegido como vicario de Cristo le gustaba navegar de paisano con los gondoleros de Venecia y preguntarles por qué tanta verdina en las aguas de los canales o les invitaba a su misa en la catedral de San Marcos.

Al ser elevado al trono de San Pedro, tanto su antecesor como el papa que le sucedió eran mucho más delgados que él. De ahí que el primer día que fue trasladado por los sedarios en la silla gestatoria, llamó al responsable de los portadores para indicarle que, desde ese día, cobrarían el doble porque doble era su peso comparado con Pío XII, recientemente fallecido. A Juan XXIII, el papa de los más claros aciertos, la Iglesia a la que tanto sirvió, le distingue como santo…

Las palabras de todos los papas siempre tienen un peso distinto al del común delos mortales. Cualquier reflexión suya encadena una serie de opiniones que, serán favorables o adversas, según el sesgo intencionado de quien las pronuncie. En muchas ocasiones no son más que envidiejas al comprobar que ellos no pesan tanto, y tan bien, como el Sumo Pontífice.

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