Hoy: 27 de noviembre de 2024
Cuando se está convencido de aquello que se siente y se razona, las manifestaciones inmoderadas de ese convencimiento delatan una enfermedad o una mentira. Otra más.
Celebro la defensa de lo que cada uno cree como verdad y es lógico que tantos como auparon al Presidente, para levantarse también ellos, animen a la ciudadanía solicitando al amado líder que rece un padrenuestro laico y así Dios no le dejará caer en la tentación de dejarnos tan solos. Aunque, para muchos (habrá que consultar a Tezanos) su ausencia nos reportaría una soledad sonora deliciosa.
La pasión acalorada de la señora ministra de hacienda ante tal posibilidad me lleva a compadecerla. Entre la pasión y la compasión se esconde el mismo hilo que entre el amor y el odio, que a veces corta el ala de una mariposa. La señora ministra estos días de convalecencia pensante parecía poseída. Y el miedo de los equilibrados es que no había en el conjunto de histriónicos ningún exorcista que echase una mano.
Los que hoy lean este candil habrán salido de dudas sobre la decisión del Presidente. Yo hace tiempo que tengo ya la margarita deshojada.