Hoy: 23 de noviembre de 2024
El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), la agencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dedicada al estudio del cáncer, ha clasificado el talco como “probablemente carcinógeno” (Grupo 2A), principalmente en relación con el cáncer de ovario. Aunque las pruebas en humanos son limitadas, existen suficientes evidencias en animales de experimentación y pruebas mecanísticas que muestran que el talco presenta características de carcinógenos en células humanas y sistemas experimentales.
Numerosos estudios han demostrado un aumento en la incidencia de cáncer de ovario en mujeres que reportaron el uso de polvos corporales de talco en la región perineal. Sin embargo, la posible contaminación del talco con amianto en estos estudios y los sesgos en la manera en que se informó sobre su uso impiden establecer con certeza un rol causal del talco en humanos. Además, estudios sobre la exposición profesional al talco en la industria papelera también mostraron un aumento en la tasa de cáncer de ovario, pero la confusión por exposición conjunta al amianto y el pequeño número de casos dificultan la interpretación.
En animales, el talco causó un aumento de neoplasias malignas en ratas, tanto en hembras (médula suprarrenal y pulmón) como en machos (médula suprarrenal). Las monografías del IARC utilizan características clave de los carcinógenos (KC) para evaluar sistemáticamente las pruebas mecanicistas de la carcinogenicidad, y se encontraron evidencias sólidas de que el talco induce inflamación crónica y altera la proliferación celular.
El talco es un mineral natural extraído en diversas partes del mundo, y la exposición puede ocurrir en entornos ocupacionales durante su extracción y procesamiento, así como en el uso de productos que contienen talco, especialmente cosméticos y polvos corporales. La posible contaminación del talco con amianto sigue siendo una preocupación, tanto para trabajadores como para la población en general.
Además del talco, el IARC ha evaluado la carcinogenicidad del acrilonitrilo, clasificándolo como carcinógeno para los humanos (Grupo 1). Este compuesto se utiliza principalmente en la producción de polímeros, y la exposición puede ocurrir en entornos ocupacionales y a través del humo del tabaco y la contaminación atmosférica.
Las pruebas más sólidas sobre el acrilonitrilo provienen de estudios en trabajadores expuestos, mostrando un aumento en la mortalidad por cáncer de pulmón. También se encontraron pruebas limitadas para el cáncer de vejiga. Los estudios en animales confirmaron estas observaciones, y las pruebas mecanicistas indicaron que el acrilonitrilo presenta características clave de carcinógenos en sistemas experimentales.
En resumen, tanto el talco como el acrilonitrilo han sido evaluados como sustancias con potencial carcinogénico, con distintas evidencias y niveles de certeza, reflejando la importancia de monitorear y regular la exposición a estas sustancias para proteger la salud pública.