Un estudio afirma que la malnutrición infantil se agrava con las crisis económicas

1 de julio de 2025
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Una mujer lleva de la mano a un niño a su primer día de clase presencial tras la Navidad. | Fuente: David Zorrakino / EP

La inestabilidad económica durante el embarazo puede influir en las etapas iniciales de la vida

Un estudio internacional liderado por el Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona ha concluido que la malnutrición infantil —incluyendo tanto el retraso del crecimiento como el sobrepeso y la obesidad— se incrementa significativamente durante las crisis económicas. Esta investigación pone el foco en cómo los periodos de recesión afectan de forma directa a la salud infantil, especialmente en sus etapas más tempranas.

El estudio, publicado en The Lancet Global Health, destaca que el embarazo y los primeros 1.000 días de vida de un niño son etapas especialmente sensibles. Durante este tiempo, la intervención temprana puede tener un efecto determinante en la salud futura del menor. Según ISGlobal, estos primeros años representan una ventana crítica de desarrollo físico y cognitivo.

Basado en datos de más de 1,6 millones de niños y niñas de 68 países de ingresos bajos y medios, el estudio demuestra que la exposición a crisis económicas durante estas etapas está vinculada con un mayor riesgo de sufrir algún tipo de malnutrición. Para su elaboración, se cruzaron 230 encuestas de hogares con datos económicos de la World Inequality Database.

Pobreza

Esto permitió seguir el desarrollo infantil desde el nacimiento, midiendo los efectos de las caídas económicas en diferentes segmentos de población. El estudio consideró tanto indicadores de pobreza como la distribución del ingreso dentro de cada país, lo que ofreció una visión más precisa sobre cómo las crisis afectan a distintos niveles socioeconómicos.

El coordinador del estudio, Davide Rasella, subraya que “dada la multiplicidad de crisis que enfrenta el mundo actualmente, es fundamental comprender mejor cómo las crisis económicas y la pobreza influyen en la malnutrición infantil”. Esta comprensión permitirá diseñar políticas más eficaces para prevenir sus consecuencias a corto y largo plazo.

El análisis incluyó variables como estatura, peso y edad para identificar distintas formas de malnutrición: retraso del crecimiento, emaciación, sobrepeso y obesidad. Los resultados revelan que una caída de ingresos en el año de nacimiento aumenta notablemente el riesgo de retraso en el crecimiento, y que las crisis económicas también elevan la probabilidad de emaciación, evidenciando que la inestabilidad económica puede afectar de manera crítica desde el embarazo hasta los primeros años de vida.

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