Hoy: 22 de noviembre de 2024
Este martes la muerte ha venido a visitar al último presidente de la Unión Soviética. Se llamaba Mijaíl Serguéyevich Gorbachov, aunque sus paisanos lo apodaron cariñosamente como Gorby.
Ha muerto a los 91 años tras una larga enfermedad, informó el Hospital Clínico Central, a la agencia Interfax.
Gorbachov se ha ido solo y alejado de los flashes y los ruidos mediáticos que lo ametrallaban en los años 80 cuando era dueño de medio mundo: la Unión Soviética ese gigante con los pies de barro que en tan solo dos años se desintegró como un muñeco mal hecho.
De acuerdo con la agencia TASS, Gorbachov será enterrado en el cementerio de Novodevichy de Moscú, donde yacen los restos de destacados personajes de la historia de este país y se encuentra también la tumba de su esposa, Raísa que murió en 1999.
Gorby llevaba años viviendo alejado del foco mediático por problemas de salud.
Los medios locales llegaron a afirmar que pasaba meses hospitalizado por multitud de afecciones. En 2019 el último dirigente soviético fue ingresado por una neumonía.
Elegido Secretario General del Partido Comunista en 1985, Gorbachov anunció a los pocos días de su nombramiento que la economía soviética estaba estancada y que la reorganización era necesaria y así comenzó una nueva era que iba a terminar con la desintegración de un monstruo que ya no tenía cabida en los nuevos tiempos, para convertirse en un gran oso ruso.
Gorbachov quiso cambiar la URSS y acabó transformando el mundo, y el mapa político de media Europa, ya que puso fin a medio siglo de antagonismo entre Este y Oeste conocido como Guerra Fría. “Si quiero cambiar algo, debo aceptar el cargo. Así no se puede seguir viviendo”, dijo Gorbachov a su esposa Raísa el 10 de marzo de 1985, un día antes de asumir la secretaría general del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS).
Gorbachov, hijo de una ucraniana, dirigió la Unión Soviética entre 1985 a 1991, primero al frente del Comité Central del Partido Comunista y del Soviet Supremo y ya después como presidente.
Su carrera culminó en 1991, cuando dimitió tras el acuerdo de disolución suscrito con Bielorrusia y Ucrania, mientras el antiguo imperio soviético se desmantelaba y la Guerra Fría finalizaba.
Premio Nobel de la Paz en 1990, simbolizó el fin de una era para la otrora poderosa Unión Soviética. Su legado sigue siendo incómodo en ciertos sectores de la izquierda, de tal forma que su imagen no es igualmente venerada que la de otros dirigentes asociados a épocas de grandeza.
Tras una ascendente carrera política, Gorbachov entró de la mano de Yuri Andropov a ser miembro del Politburó del Comité Central del Partido Comunista en 1980, cuando tenía 49 años, y en marzo de 1985 fue nombrado Secretario del Partido Comunista, lo que lo convirtió en el líder supremo más joven de la URSS. Desde el primer momento inició una inmensa transformación, con implicaciones políticas y económicas para todo el mundo.
A cuatro meses de iniciado su mandato, cambió al ministro de Relaciones Exteriores, Andrei Gromiko, quien llevaba en el cargo 28 años. En su lugar puso a Eduard Shevarnadze y juntos revolucionaron la forma de relacionarse con los demás países del mundo, en especial con EEUU y las otras potencias. Esto significó el inicio del fin de la Guerra Fría.
En septiembre de 1985 se produjo la primera cumbre presidencial entre la URSS y Estados Unidos. El tema central: el fin de la Guerra Fría y el inicio de los acuerdos del fin de la amenaza nuclear entre las dos naciones. En febrero de 1986 Gorbachov anunció la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán, dando fin al conflicto en ese país, que era una expresión de la Guerra Fría.
Sin embargo, en abril de ese mismo año ocurrió la catástrofe nuclear de Chernóbil, en Ucrania, que provocó un escape radioactivo doscientas veces superior al de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki y por el que perecieron cerca de 4.000 personas.
A pesar de las adversidades Gorbachov, siguió adelante, sobrevivió a todo y a todos. El mismo contaba un chiste que decía que cuando llovía a mares en Moscú él siempre iba sin paraguas porque había aprendido en los tiempos duros del Politburó, tanto a vadear los peligros políticos que esquivaba con gran facilidad las gotas de agua y así se libraba de mojarse.
El último dirigente soviético también destacó por los acuerdos que firmó con EEUU para reducir las armas y establecer alianzas con potencias occidentales para eliminar el Telón de Acero que había dividido a Europa desde la Segunda Guerra Mundial y lograr la reunificación de Alemania.
Cuando las protestas a favor de la democracia se extendieron por las naciones del bloque soviético de la Europa oriental comunista en 1989, se abstuvo de usar la fuerza, a diferencia de los líderes anteriores del Kremlin que habían enviado tanques para aplastar los levantamientos en Hungría en 1956 y Checoslovaquia en 1968.
El 19 de agosto de 1991 se produjo un intento de golpe de Estado de tendencia involucionista a manos de un grupo de altos funcionarios del PCUS, del Gobierno y la KGB. Este intento fue detenido por la fuerza del movimiento encabezado por el presidente de la RSFS de Rusia Boris Yeltsin.
Sin embargo, las protestas alimentaron las aspiraciones de autonomía en las 15 repúblicas de la Unión Soviética, que se desintegró durante los siguientes dos años. El 25 de diciembre de 1991, se disolvió oficialmente la Unión Soviética y, como consecuencia de la negativa de los presidentes de las Repúblicas de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) de reconocer los órganos de poder central, Gorbachov optó por dimitir de su cargo de presidente de la URSS.
Gorby dejó el cargo y se dedicó hasta hace pocos años a dar conferencias por todo el mundo, fundó el partido socialdemócrata de Rusia, hasta se permitió ciertas licencias como aparecer en un comercial publicitario con su nieta Anastasia y así siguió hasta que este martes ha dejado este mundo. Mijaíl Serguéyevich Gorbachov ha muerto, descansa en paz.