El presidente argentino visita Israel, donde rezó y se emocionó hasta las lágrimas
En su primer día en Israel, el presidente Javier Milei ratificó su posición en la geopolítica internacional, repudió los ataques terroristas atribuidos a Hamas, afirmó que Argentina está saliendo del estancamiento y lloró en su visita al Muro de los Lamentos.
El mandatario argentino visitó el sitio sagrado de la religión judía donde rezó, se emocionó hasta las lágrimas.
En su encuentro con su par israelí, además de repudiar los ataques del pasado 7 de octubre, ratificó su decisión de mudar la embajada de Argentina a Jerusalén
Milei rezó en el Muro de los lamentos, —restos del Templo de Jerusalén— acompañado por su rabino, Axel Wahnish, futuro embajador argentino en Israel, leyó La Torá en los antiguos túneles de Kotel.
En el lugar sagrado para los judíos el presidente argentino junto su comitiva fue recibido por el rabino del Muro de los Lamentos, Shmuel Rabinowitz.
Las actividades Milei se fueron desarrollando en medio de un fuerte operativo de seguridad dispuesto por las fuerzas de defensa de Israel.
Luego el Presidente tuvo una reunión con su par israelí, Isaac Herzog, donde estrechó las relaciones bilaterales entre ambos países.
Ambos mandatarios compartieron el encuentro con agenda abierta que tuvo como eje la situación bélica en Gaza y las negociaciones que lidera Qatar para lograr la libertad de todos los rehenes que Hamas tiene cautivos en La Franja.
De esta manera, Milei cumplió su promesa de llevar a cabo su primer viaje diplomático a Israel e involucrarse en la problemática del Medio Oriente.
Es oportuno, recordar, que las visitas de los presidentes argentinos en distintas épocas a Israel tuvieron siempre ribetes complejos. El más significativo y que aún se mantiene en la memoria de los argentinos fue la compleja relación del entonces Carlos Menem con Israel.
En sus gestiones, ocurrieron los dos atentados más sangrientos que sufrieron la DAIA y la embajada de Israel, y que, aún, actualmente sin resolverse.
Menem se fue de la Casa Rosada sin poder cumplir con su berretín: Fantaseaba con que su última gira fuera por Estados Unidos y por Israel. A Tel Aviv no pudo llegar porque un informe de inteligencia le informó que en Israel lo esperaban con movilizaciones en su contra. El alineamiento de Menem con EE. UU. no impidió la represalia que costó muchas vidas y sensación de inseguridad en los argentinos.
Una situación que se fue agravando desde las intervenciones innecesarias en conflictos ajenos al interés argentino como la Guerra del Golfo hasta incumplir acuerdos internacionales con otras partes del mundo.
Las vergonsozas y recordadas frases de Menem refiriéndose a las relaciones argentinas con EE UU e Israel como de “relaciones carnales” no le fue suficiente para tener un final amargo.
En aquellos años, la cita estaba acordaba: el primer ministro israelí Ehud Barak iba a recibir a Menem y el presidente argentino iba a poder concluir su mandato con un nuevo periplo “para la posteridad” y los lugares emblemáticos para la despedida eran Washington y el Medio Oriente. |
Oficialmente alguien deslizó que Barak no tenía lugar en la agenda y por esa razón el primer mandatario argentino canceló el viaje. La verdad es otra: Menem anuló la visita a Jerusalén a raíz del informe del Departamento de Estado norteamericano en el que se afirma que en la Argentina “el antisemitismo sigue existiendo”. Al primer mandatario le presentaron un dossier de Inteligencia en el que se señala que durante su estadía en Israel habría una movilización contra Menem por ese informe sobre antisemitismo y también por la falta de resultados en la investigación de los atentados. En la actualidad, con Milei mostrando su compromiso más que carnal no solamente está estrechando sus lazos políticos, comerciales, sino también de afecto y emoción. |
Otro dato significativo es el lugar donde Milei estableció su bunker en tierras israelíes.
El presidente y su delegación oficial se hospedan en el King David, un hotel histórico en Jerusalén donde se negoció la paz con Egipto en 1967 y alojó a Barack Obama, a Madonna y al mismísimo ex presidente argentino Carlos Menem.