Con el peso pasa a menudo como con la edad: solemos tener una percepción subjetiva del mismo. Es lo que se define como discrepancia en la percepción del peso corporal. Y puede ser tanto una infravaloración (cuando el peso real es superior al peso percibido) o una sobrestimación (cuando el peso real es inferior al peso percibido). Si bien durante años la sobrestimación se ha trabajado intensamente para prevenir y tratar trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia, un estudio en el que han participado más de 745.000 adolescentes de 41 países de Europa y Norteamérica ha identificado un aumento en la cantidad de adolescentes que subestiman su peso corporal, lo que también puede suponer un problema, ya que pueden no sentir la necesidad de perder el exceso de peso y, como consecuencia, adoptar un estilo de vida poco saludable.
No hay que perder de vista por tanto las implicaciones clínicas y de salud pública que tiene este estudio. Por un lado, el aumento de la percepción correcta del peso y la disminución de la sobreestimación pueden tener un efecto positivo en los comportamientos innecesarios y poco saludables de pérdida de peso entre los adolescentes, «mientras que el aumento de la subestimación podría indicar la necesidad de intervenciones para reforzar la percepción correcta del peso», detallado una de las autoras del mismo, la doctora Anouk Geraets, a Europa Press.
Los investigadores examinaron datos de encuestas de 746.121 niños de 11, 13 y 15 años de 41 países recopilados a intervalos de cuatro años entre 2002 y 2018. Según sus resultados, la percepción correcta del peso aumentó con el tiempo entre las chicas, mientras que disminuyó entre los chicos. Esto lleva a los autores a valorar la posibilidad de que las diferencias observadas entre chicos y chicas apoyen la idea de que existen diferencias de sexo en los ideales corporales y que estos ideales han cambiado con el tiempo. En particular, el aumento de la infravaloración y la disminución de la sobrevaloración de las chicas a lo largo del tiempo puede explicarse por la aparición de un cuerpo atlético y fuerte como nuevo ideal corporal contemporáneo para ambos sexos.