Hoy: 23 de noviembre de 2024
Neurocientíficos y neurocirujanos de diferentes centros universitarios de Lausana (Suiza), de la Universidad de Burdeos (Francia) y del Instituto Nacional de Investigación en Salud y Medicina de Francia han diseñado una neuroprótesis que ha conseguido que Marc, un paciente de 62 años que padece Parkinson desde hace casi tres décadas, haya vuelto a caminar.
La dopamina y la estimulación cerebral profunda que recibió Marc en 2004 trataron sus temblores y rigidez. Sin embargo, más recientemente, desarrolló graves trastornos de la marcha que no respondieron a la dopamina ni a la estimulación cerebral. “Prácticamente ya no podía caminar sin caerme con frecuencia, varias veces al día. En algunas situaciones, como al entrar en un ascensor, me tropezaba en el sitio, como si estuviera allí congelado”, ha declarado el paciente.
En un estudio publicado en ‘Nature Medicine’, los científicos exponen detalladamente el proceso de desarrollo de la neuroprótesis que ha permitido tratar a Mark como primer paciente con Parkinson y que le ha permitido caminar cómodamente, con confianza y sin caerse.
A diferencia de los tratamientos convencionales para el Parkinson, la neuroprótesis se dirige a la zona de la médula espinal -que aparentemente no está directamente afectada por la enfermedad de Parkinson- la estimula eléctricamente y activa los músculos de las piernas al caminar.
“Es impresionante ver cómo estimulando eléctricamente la médula espinal de forma específica, del mismo modo que hemos hecho con pacientes parapléjicos, podemos corregir los trastornos de la marcha causados por la enfermedad de Parkinson”, afirma Jocelyne Bloch, neurocirujana y catedrática del CHUV, la UNIL y la EPFL, y codirectora del centro de investigación NeuroRestore junto con Courtine.
Tras una intervención neuroquirúrgica de precisión, Marc, de Burdeos, fue equipado con esta nueva neuroprótesis y tras varias semanas de rehabilitación con ella, ahora puede andar casi con normalidad. Actualmente utiliza su neuroprótesis unas ocho horas al día, y solo la apaga cuando está sentado mucho tiempo o cuando duerme.
“Enciendo la estimulación por la mañana y la apago por la noche. Esto me permite caminar mejor y estabilizarme. Ahora mismo, ya ni siquiera me dan miedo las escaleras. Todos los domingos voy al lago y camino unos 6 kilómetros. Es increíble”, ha celebrado el paciente, que ha detallado que le diagnosticaron la enfermedad cuando tenía 36 años.
Esta neuroprótesis abre nuevas posibilidades para tratar los trastornos de la marcha que padecen muchas personas afectadas por la enfermedad de Parkinson, pero por el momento el concepto de tratamiento solo ha demostrado su eficacia en una persona, con un implante que aún debe optimizarse para su uso a gran escala.
En colaboración con ONWARD Medical, Grégoire Courtine y Jocelyne Bloch están trabajando en el desarrollo de una versión comercial de la neuroprótesis. Además, gracias a una donación de un millón de dólares (934.929 euros) de la Fundación Michael J. Fox para la investigación del Parkinson, el centro NeuroRestore va a realizar ensayos clínicos en seis nuevos pacientes el próximo año.