Hoy: 5 de diciembre de 2024
El Ministerio de Juventud e Infancia ha recibido un detallado informe sobre el impacto de la tecnología en menores, elaborado por un comité independiente de 50 expertos. Entre las recomendaciones más destacadas, se insta a evitar completamente el uso de pantallas en niños hasta los seis años y a retrasar al máximo la introducción de móviles inteligentes, proponiendo el uso de dispositivos analógicos hasta los 16 años.
Los especialistas abogan por una aproximación progresiva y controlada al mundo digital. Para los niños de cero a tres años, recomiendan evitar toda exposición a pantallas. Entre los tres y seis años, las pantallas deberían ser usadas solo en casos puntuales, bajo supervisión adulta. Además, sugieren que los adultos limiten el uso de dispositivos digitales en presencia de menores para fomentar una interacción más directa.
Como destaca el análisis publicado por El día de Córdoba, las recomendaciones avanzan en las edades posteriores. Entre los seis y los 12 años, se priorizan actividades que estimulen el contacto con la naturaleza, el deporte y la socialización en entornos físicos, dejando el uso de dispositivos con acceso a Internet como algo restringido. A partir de los 12 años, si se introduce el uso de móviles o dispositivos digitales, es fundamental implementar herramientas de control parental para supervisar el acceso a contenidos y regular el tiempo de pantalla.
El informe también aborda la necesidad de regular la exposición mediática de menores, instando a prohibir explícitamente la aparición de niños en contenidos digitales que generen beneficios económicos, como es el caso de los llamados kid influencers. Asimismo, se insiste en la necesidad de moderar la práctica del sharenting, el fenómeno de compartir imágenes de menores en redes sociales, promoviendo un uso más responsable de la tecnología por parte de las familias.
El comité, presidido por Ana Caballero, vicepresidenta de la Asociación Europea para la Transición Digital, ha estructurado sus recomendaciones en 107 medidas agrupadas por plazos de implementación. Entre ellas, se incluyen normativas dirigidas al sector industrial, como la obligatoriedad de configurar espacios digitales seguros por defecto, advertencias claras sobre los riesgos de los dispositivos para la salud y la creación de mecanismos más robustos para denunciar y bloquear contenido perjudicial.
En el ámbito educativo, los expertos proponen restringir el uso de dispositivos digitales en los centros de enseñanza, limitándolos a herramientas pedagógicas controladas. También piden establecer límites de edad para ciertas aplicaciones y revisar las plataformas utilizadas en los colegios para evitar sistemas que incentiven recompensas inmediatas.
El Gobierno, que ya incluyó 35 de estas medidas en el Anteproyecto de Ley Orgánica para la protección digital de menores aprobado en junio, asegura que estudiará la incorporación del resto. Además, trabaja en una Estrategia Nacional que garantice los derechos digitales de la infancia y fomente un uso seguro y beneficioso de la tecnología.
El comité incluye especialistas en pediatría, psicología, salud mental, ciberseguridad y derecho, junto con organizaciones como UNICEF, Save The Children y CERMI. Con esta diversidad de perspectivas, el informe busca sentar las bases de un marco normativo que proteja a los menores en el entorno digital, equilibre los beneficios de la tecnología y reduzca los riesgos asociados a su uso prematuro.
El reto ahora es combinar estas directrices con un enfoque educativo que permita a niños y adolescentes disfrutar de la tecnología sin comprometer su desarrollo físico, emocional y social.