Hoy: 23 de noviembre de 2024
El Partido Demócrata sigue manteniendo el control del Senado tras las elecciones de medio mandato (‘midterm’ en inglés) celebradas en Estados Unidos, que podría reforzar más aún la escasa ventaja demócrata si logran conquistar Georgia.
En la última vuelta, los demócratas han ganado en los estados de Arizona (bastión republicano desde 1952) y Nevada y se aseguran la mayoría en la Cámara Alta y por consecuencia el control de la misma durante los próximos dos años, tras obtener 50 senadores frente a los 49 del bando republicano.
El efecto “marea roja” que Trump pronosticaba para las elecciones de medio mandato han provocado el efecto contrario en el electorado, especialmente en el estado de Arizona donde la ‘marea azul’ se ha movilizado.
Ante este panorama, Donald Trump ha solicitado la repetición de las elecciones en Arizona, mientras que su partido ha empezado a sembrar sospechas de fraude en el proceso electoral en una entrevista realizada en Fox. Según Associated Press, quienes llevan computando los votos desde hace 175 años, no hay indicios de fraude.
Aún así, Trump no tardó en pegar la voz de alarma en Truth Social, donde ha escrito: “Funcionarios idiotas y posiblemente corruptos que han perdido el control de las elecciones contaminadas en Arizona […] ¡Se debe convocar una nueva elección inmediatamente!” Parece ser que los republicanos quieren volver a hacer uso de la misma estrategia que emplearon en 2020, cuando Trump acusó sin fundamento a los demócratas, liderados por el actual presidente Joe Biden, de haberle robado las elecciones presidenciales.
El Partido Republicano, siguiendo el ejemplo de Trump, declaró en un comunicado del Comité Nacional Republicano y el Partido Republican de Arizona que las elecciones se han “expuesto a profundas deficiencias en la administración electoral […] Arizona se merece algo mejor: transparencia, certeza, eficacia y un anuncio conciso y veloz de los resultados”.
Este clima resulta favorecedor para los intereses demócratas de Joe Biden que, tras su victoria en Arizona y Nevada, les brinda una escasa ventaja frente a los republicanos que les sirve para restar importancia al resultado obtenido en el estado de Georgia (tradicionalmente, un estado más conservador).
Y es que, salvo sorpresa de última hora, si el próximo 6 de diciembre los demócratas consiguen arrebatarles este otro bastión republicano no sólo le serviría a Biden para reforzar su mayoría parlamentaria, sino que supondría un duro golpe electoral para los conservadores.
En base a las últimas encuestas realizadas, todo apuntaba a que la Cámara de los Representantes se conformaría por una mayoría republicana; sin embargo y contra todo pronóstico el partido liderado por Joe Biden, actual presidente de EE.UU., acabó adelantándose por la mínima. Uno de los mejores resultados cosechados por los demócratas en unas elecciones de medio mandato desde la presidencia de George Bush, en 2002.