En su primera homilía como Papa, León XIV ha lanzado un contundente mensaje sobre los desafíos actuales para la evangelización. Durante la misa celebrada en la Capilla Sixtina junto a los cardenales, el nuevo Pontífice advirtió de que la figura de Jesucristo está siendo distorsionada incluso entre los bautizados y que la fe cristiana es a menudo despreciada en favor de valores como el éxito, la tecnología o el poder.
«Hoy faltan los contextos en los que Jesús es reducido solamente a una especie de líder carismático o de superhombre. Y esto no solo entre los no creyentes, sino también entre muchos bautizados, que terminan así viviendo en este ámbito un ateísmo de hecho», ha avisado el nuevo Papa, al iniciar su intervención hablando en inglés y luego en italiano.
El Papa señaló que actualmente “no son pocos los contextos en los que la fe cristiana es considerada una cosa absurda, para personas débiles, poco inteligentes», y subrayó que en estos entornos «se prefieren otras seguridades como la tecnología, el dinero, el éxito, el poder, el placer».
A pesar de las dificultades, León XIV insistió en que precisamente esos ambientes difíciles son donde más necesario es anunciar el Evangelio. «Se ridiculiza» al creyente, dijo, y como mucho se le «soporta o compadece». Sin embargo, señaló que «son los lugares en los que surge la misión», porque «la falta de fe trae dramas como la pérdida del sentido de la vida, el olvido de la misericordia, la violación de la dignidad de las personas en sus formas más dramáticas o la crisis de la familia».
La celebración también destacó por la participación activa de mujeres en la liturgia. Una religiosa fue la encargada de proclamar en inglés la Primera Lectura, tomada del Apocalipsis 21, mientras que una mujer laica leyó en español la Segunda Lectura, extraída de la primera carta de san Pedro. Ambos textos reforzaron el mensaje espiritual de una Iglesia que, según el nuevo Papa, está llamada a ser luz en medio de una sociedad que ha perdido el rumbo de la fe.