Luana Lopes Lara, una brasileña de 29 años hasta ahora poco conocida, se ha convertido en la mujer multimillonaria más joven del mundo tras el espectacular crecimiento de Kalshi, la empresa tecnológica que cofundó. Su fortuna, estimada en unos 1.300 millones de dólares, contrasta con una trayectoria personal marcada por el esfuerzo, la disciplina extrema y un origen alejado de los círculos tradicionales del poder empresarial.
Criada en la exigente Escuela de Teatro Bolshoi en Brasil, Lopes Lara pasó su infancia y adolescencia inmersa en el ballet profesional, con jornadas que se extendían de la mañana a la noche. Según relató Forbes, el ambiente era tan duro que sus profesoras ponían cigarrillos encendidos bajo sus piernas para probar su resistencia, mientras algunas compañeras escondían vidrio en los zapatos.
Pese a ese entorno, la joven nunca perdió de vista su verdadera ambición. “Quería convertirse en la próxima Steve Jobs”, recoge la revista, y por ello combinó los entrenamientos con estudios nocturnos y competencias académicas, en las que obtuvo medallas en matemática y astronomía.
Tras graduarse, trabajó brevemente como bailarina profesional en Austria, pero pronto decidió cambiar de rumbo y mudarse a Estados Unidos para estudiar informática en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Allí comenzó a forjar su perfil tecnológico y financiero, con experiencias en firmas como Bridgewater Associates y Citadel Securities.
Fue en el MIT donde conoció a su socio, Tarek Mansour, con quien fundó Kalshi, una plataforma de mercados de predicción que permite operar sobre el resultado de eventos futuros. “Nos dimos cuenta de que la mayoría de las operaciones bursátiles se basan en opiniones sobre el futuro”, explicó Lopes Lara sobre el origen del proyecto, que fue aceptado por la aceleradora Y Combinator en 2019.
El camino no estuvo exento de obstáculos. La falta de un marco regulatorio claro obligó a los fundadores a pasar dos años sin producto y a enfrentarse al rechazo de decenas de despachos de abogados. “Estábamos asumiendo una cantidad de riesgo descomunal”, recordó la empresaria, hasta que lograron la aprobación federal en 2020 para operar legalmente.
El despegue definitivo llegó tras una histórica victoria judicial en 2024 frente al regulador estadounidense, que consolidó la posición de Kalshi en el mercado. “Queríamos hacer las cosas de la manera correcta porque nuestra visión era construir la bolsa financiera más grande del mundo”, afirmó Lopes Lara.
En solo seis años, la startup alcanzó una valoración de 11.000 millones de dólares tras una reciente ronda de financiación, con el respaldo de grandes fondos de inversión. Aunque la empresa encara nuevos desafíos legales, sus inversores confían en su potencial. “No creo que hayamos financiado una empresa con un impacto potencial en el mundo tan grande como esta”, sentenció uno de ellos.