Hoy: 22 de noviembre de 2024
Este martes 7 de marzo, el Auditorio Nacional de Madrid celebró su vigésimo primer concierto de música clásica en honor a las víctimas del terrorismo, In Memoriam. Como es costumbre, los reyes Felipe VI y Letizia presidieron el acto. Este estuvo marcado por el mensaje rotundo contra subterfugios que puedan beneficiar a los asesinos.
Así lo destacó el presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Tomás Caballero, en un discurso, donde enfatizó la importancia de combatir el “relato blanqueador” para honrar la memoria de las mismas. Criticó actos de impunidad como los homenajes a presos de ETA.
Además, recordó a Isaías Carrasco, concejal socialista del pueblo guipuzcoano de Mondragón, asesinado por la banda terrorista el 7 de marzo de 2008. También se acordó de Diego Valencia, el sacristán de Algeciras que un yihadista mató. Y dedicó un minuto de silencio en honor de estas y otras víctimas.
La Orquesta Sinfónica y Coro RTVE interpretó el himno de España. Después, realizó el concierto en compañía del Grupo Vocal Antara Korai, compuesto en su mayoría por niñas. Llevó la batuta Pinchas Steinberg, uno de los directores más prestigiosos de la actualidad. La soprano Sonia de Munck, el contratenor Carlos Mena y el barítono Javier Franco pusieron la voz a la interpretación. Carmina Burana fue el tema de la tarde. Una versión realizada por el compositor alemán Carl Orff de un conjunto de cantos goliardos de los siglos XII y XIII. Entre ellos, destaca el mítico O Fortuna, uno de los más populares de la música clásica.
La cantata empezó con este poema y con Fortuna plango vulnera. En la segunda parte del concierto, la Orquesta interpretó In taberna, una de las piezas más paródicas e irreverentes, creada en una época de numerosas guerras y enfermedades en Europa. La tercera sección estuvo dedicada a Cour d’amours, que trata del amor mundano. El repertorio terminó con otro O Fortuna, que levantó al público con aplausos de gran júbilo.
Además de los de cuerda, los instrumentos de viento y de percusión tuvieron un gran protagonismo en el concierto. Por su parte, De Munck, la soprano, logró emocionar a gran parte del público con In trutina. Y destacó por su agudísimo canto de Dulcissime previo al apoteósico coro final Ave formosissima, justo antes del O Fortuna final.