La promesa de que el país va salir adelante en 45 años parece más una burla que algo motivador para el 50% de la población actual
Para escribir esta nota me voy a basar en los conceptos vertidos por el economista y sociólogo Alejandro Den y el colega Claudio Ahumada con quien intercambiamos consultas y referencias desde la juventud cuando leíamos juntos a los filósofos presocráticos.
Creo y coincido con Ahumada que el deterioro social de Argentina, desde que asumió Javier Milei se hizo más notorio, es decir, ya venía, pero al anunciar medidas drásticas y anti derecho, los formadores de precios internos lo aplican sin piedad. Se imponen prioridades económicas, sin importar las secuelas sociales.
“Pareciera ser que los argentinos tenemos un karma. El del sentir ambivalente. Por un momento podemos vivir un tiempo de amplitud de derechos y por el otro creemos que esa situación es burda, sin rigor y propia de un país que no progresa, ni se supera. De modo que dejamos un sistema para volver a otro casi opuesto en concepción y propósitos y que sin embargo se alternan a pesar de sus enormes contradicciones”, escribió Ahumada tras conocerse el cántico en contra del presidente en el recital multitudinario del famoso y convocante grupo de rock La Renga, en un estadio de fútbol del gran Buenos Aires. Casi 100 mil jóvenes gritaron en contra de Milei a un mes de su asunción.
Según el economista y sociólogo Alejandro Den, consultado sobre la posibilidad en los próximos meses de una revuelta social, opinó, “estamos en enero y febrero, vacaciones, y luego, viene marzo y el inicio del ciclo lectivo escolar. Las clases, la apertura de las escuelas, pega más sobre las clases acomodadas, me refiero de las clases medias y media altas. Las clases media baja y baja están más acostumbradas a renunciar, y están hartos de renunciar y hartos de privaciones.
La clase media, cómoda que se vive quejando en las buenas o en los tiempos complicados, pero no complejos, está endeudada, con aumentos de todos los colores, y van caer en su calidad de vida, deberán renunciar a costumbres que si las mantienen no podrán siquiera pararse, pero lo más interesante es que esta clase social jamás pasó realmente necesidades y veremos como reacciona ante un escenario nunca visto?
Una realidad difícil de aguantar con una promesa a 45 años
La promesa de que el país va salir adelante en 45 años parece más una burla que algo motivador para el 50 por ciento de la población actual en estado de pobreza. Además, el supuesto sueño libertario idealiza a una Argentina falaz, aquel país del centenario, de 1910 que no fue potencia, donde una casta de la oligarquía nacional, el 10% de aquella población se paseaba por Londres o París, mientras el 90% no sabía qué era vivir, sumergida en la ignorancia y en la indigencia.
Es decir, desde ahora en adelante, la mayoría de los argentinos perderán lo logrado, calidad de vida, medicina prepaga, colegios privados, cuotas de sus emprendimientos y sus ahorros para que una mínima minoría vuelva a vivir como los ingleses, los franceses y los norteamericanos de clase alta. Los que van a perder todo, nunca más lo van a recuperar, porque esa es la real transferencia de recursos que se va a dar durante la gestión del “león Milei”, el traspaso de capitales desde la mayoría que conforman las clases media, media baja y baja a la minoría clase alta. El actual presidente de los argentinos es un león que ataca a los más débiles, y se transforma en gatito ante los más poderosos.
Con una inflación descontrolada y una incertidumbre que se agiganta, Los libertarios de derecha asustan al pregonar que Argentina está entrando a una crisis humanitaria. Y si lo votaron para que llevara a cabo las reformas prometidas, mesiánicas, que iba a traer luz, ahora parece que ni el DNU que transformara a Milei en el Super poderoso, puede frenar la supuesta crisis humanitaria.