Hoy: 22 de noviembre de 2024
El representante de la Unión Europea para Política Exterior, José Borrell, reclama al G20 un frente común para garantizar la seguridad alimentaria mundial, en jaque tras la ruptura por parte de Rusia del pacto del grano, y para aumentar la presión sobre Moscú para que vuelva al acuerdo.
El jefe de la diplomacia europea se dirigió por carta a los países que componen el G20 e incluye a China, India o Brasil, para “compartir información” sobre la salida de Rusia del acuerdo que permitía la exportación de cereales ucranianos a través del mar Negro y “fomentar la acción conjunta” sobre la seguridad alimentaria en el mundo.
Borrell urge a los países del G20 a ejercer presión sobre Rusia para volver al acuerdo del grano, insistiendo en que “si la comunidad internacional habla con una voz clara y unificada”, Rusia podría “reconsiderar” y reanudar su participación en una iniciativa que considera “vital”, en una misiva enviada este lunes y a la que tuvo acceso Europa Press.
“Quisiera, por tanto, pedirles su apoyo para instar a Rusia a retomar las negociaciones y a abstenerse de atacar las infraestructuras agrícolas de Ucrania”, subraya el representante en su misiva a la Comunidad Internacional.
Igualmente, llama a reforzar las iniciativas destinadas a garantizar el acceso a alimentos en las regiones más vulnerables del mundo, ya que el bloqueo de las exportaciones ucranianas afectan sobremanera a Oriente Próximo y África. Poniendo sobre la mesa 18.000 millones de euros de fondos europeos para abordar la seguridad alimentaria “hasta 2024”, en una muestra del apoyo a los países más necesitados.
En este sentido, expresa el compromiso de Europa de redoblar los corredores comerciales para las mercancías agroalimentarias procedentes de Ucrania, una iniciativa puesta en marcha en los primeros compases de la guerra para impulsar 41 millones de toneladas exportaciones agrarias ucranianas y que ahora gana peso con el bloqueo marítimo que impone Rusia.
RUSIA EL PRINCIPAL BENEFICIADO DE ROMPER EL ACUERDO
La carta busca hacer pedagogía de la situación generada tras la salida de Rusia del acuerdo del grano y reitera que las sanciones europeas no atacan las exportaciones agroalimentarias y que, de hecho, Europa ha introducido cambios en sus medidas para facilitar el movimiento de estas mercancías hacia África, al reconocer que había un cierto efecto disuasorio para empresas del sector.
En todo caso, Borrell recalca que “el principal beneficiario del bloqueo” de la iniciativa del grano es Rusia y su sector agrícola. “Rusia se beneficiará aún más de la subida de los precios de los alimentos y aumentará su propia cuota de mercado en el mercado mundial de cereales al limitar seriamente la capacidad de exportación de su principal competidor”, ha apuntado.
Y denuncia que tras salirse del acuerdo, Rusia busca “acercarse a los países vulnerables con ofertas bilaterales de envíos de grano aprecios reducidos, pretendiendo resolver un problema que él mismo ha creado”.
“Se trata de una cínica política de utilizar deliberadamente los alimentos como arma para crear nuevas dependencias exacerbando las vulnerabilidades económicas y la inseguridad alimentaria mundial”, concluye el responsable de Exteriores de la UE.