Hoy: 5 de diciembre de 2024
Una prometedora vacuna contra la malaria ha obtenido resultados esperanzadores a la hora de prevenir la enfermedad en niños pequeños. El estudio confirma un aumento de la eficacia hasta del 80% cuando se administra una dosis de refuerzo un año después de la inicial. Estos niveles superarían los objetivos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), establecidos en un 75% de eficacia.
Los resultados de este ensayo clínico fueron publicados en la revista científica The Lancet Infectious Diseases el pasado día 7 de septiembre, y se complementan con los ya publicados el año pasado, que sugerían que los niveles de anticuerpos podrían disminuir tras el paso de un año desde la primera dosis de vacuna.
Estos hallazgos posicionan a la vacuna, llamada R21, como un arma eficaz en la lucha contra la malaria. La enfermedad afectó en 2020 a 241 millones de personas, según la OMS, y es una de las principales causas de muerte infantil en todo el mundo. De ahí, la importancia de tratar de erradicarla.
Sin embargo, para que pueda aprobarse su administración a gran escala, las autoridades de salud pública exigen resultados de un ensayo más grande, repartidos en varios países africanos. De esta manera, pretenden confirmar la seguridad y utilidad de R21. “Aún queda más trabajo por hacer, pero creo que esta es una noticia muy positiva”, comenta Matshidiso Moeti, director regional de la OMS en África.
Durante más de un siglo, los científicos han librado una extenuante batalla para desarrollar una vacuna efectiva contra la malaria, probando más de cien candidatas hasta el momento.
Actualmente, la única vacuna que ha resultado útil ha sido la llamada RTS,S producida por una de las grandes farmacéuticas, GSK. Después de décadas de desarrollo, el 6 de septiembre fue aprobado su uso por la OMS en regiones con transmisión significativa de malaria, como Ghana, Kenia y Malawi. Esta vacuna ofrece un 70% de eficacia en la prevención de la enfermedad en niños, siempre y cuando se combine con otros medicamentos antipalúdicos convencionales, y ha sido administrada a más de 800.000 niños.
En cambio, la vacuna R21 se ha probado en 450 niños en Burkina Faso, un país donde las infecciones por malaria son estacionales, lo que podría afectar a su porcentaje de eficacia. Si esta vacuna fue administrada poco antes del pico estacional de malaria, podría parecer más eficaz que una administrada en un país con una propagación uniforme durante todo el año.
Uno de los puntos fuertes de la vacuna R21 podría residir no solo en su eficacia, sino también en su disponibilidad, según los encargados del proyecto. Los investigadores han llegado a un acuerdo con el Serum Institute of India, con sede en Pune, para producir 200 millones de dosis de la vacuna al año una vez que la OMS dé luz verde.
En comparación con la de GSK, UNICEF anunció en agosto un contrato para suministrar 18 millones de dosis de RTS,S durante tres años.
Además, se espera que la vacuna R21 se venda a menos de la mitad de precio que RTS,S. “Esperamos que esto se implemente y esté disponible, y sobre todo salve vidas para fines del próximo año”, dijo Adrian Hill, vacunólogo de la Universidad de Oxford.