Hoy: 22 de noviembre de 2024
Este viernes, la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, ha desvelado que Rusia intentó derrocar su Gobierno para poner uno títere del Kremlin. En la cadena pública de su país, Moldova 1 TV, ha detallado que la razón del fracaso de Moscú se debe a que desde el Ejecutivo tenían información suficiente.
Asegura que Rusia quiere imponer un Gobierno satélite del Kremlin como contribución a la invasión de Ucrania. Ya en febrero, Sandu criticó la estrategia de guerra híbrida de Putin. Una manera de utilizar las protestas contra las autoridades. Algo que Moscú desmintió.
Aunque la oposición moldava defiende ideales prorrusos, y, desde verano, convoca protestas contra el Gobierno, al que acusa de incapaz de luchar contra la alta inflación y la crisis económica.
Moldavia es un país con un escenario político disputado entre partidarios de entrar en la UE y defensores de los postulados de Rusia. De hecho, el Gobierno anterior al de Sandu tenía un fuerte vínculo con Moscú. Además, el Kremlin mantiene un grupo de casi 2.000 soldados en Transnistria, un territorio del país autoproclamado como república, y amigo del gigante euroasiático.
A pesar de que Transnistria es una república independiente de facto, ni Rusia ni ningún otro país del mundo la reconocen de iure. Solo Artsaj, en Azerbaiyán, y Osetia del Sur y Abjasia, en Georgia, cuya situación se asemeja a este caso. Especialmente, el de estas dos últimas entidades autónomas, que el Kremlin reconoce como estados independientes y que mantiene bajo su órbita de poder.