Hablar con amigos inteligentes tiene de bueno que siempre aprendes algo sustancioso. Así, uno de los más entrañables, me participó el otro día que él, entre los animales, también prefiere a las jirafas. Por tres razones: Tienen el corazón más grande, sólo saben mirar las cosas desde arriba y jamás hacen ruido, apenas un jadeo imperceptible.
El corazón más grande para que bombee la sangre hasta la cabeza. Miran las cosas a otro nivel porque su físico ennoblece la distancia. Y No hacen ruido precisamente porque, desde su cielo, se acierta a comprender con benevolencia los trasiegos de aquí abajo.
La causa de nuestro sufrimiento es tener el cuello tan corto y el corazón insuficiente. En cualquier caso, si nos pusieran escaleras y el corazón nos creciese de pronto, estoy seguro de que no evitaríamos el escándalo. La tercera cualidad de la jirafa no consigue, al parecer, los votos suficientes.