Icono del sitio FUENTES INFORMADAS

La corbata de don Álvaro en el Supremo

La corbata de don Álvaro en el Supremo

El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, a su llegada al Tribunal Supremo, hoy. /GUSTAVO VALIENTE- EUROPA PRESS

Hay corbatas que son toda una declaración de intenciones y hoy, al Supremo el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha acudido con una llena de dibujitos de la icónica balanza de la justicia, siempre fiel y siempre inclinada del lado de la verdad y la razón, aunque a veces verdad y razón no estén del mismo lado.

Con esa corbata ha venido a decir que no ha hecho nada, que es inocente. Así se puede resumir la declaración de don Álvaro ante el magistrado del Tribunal Supremo que le investiga por una presunta revelación de secretos haber filtrado los correos relativos a Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.

Don Álvaro, que lo niega todo, sólo ha respondido a las preguntas de la Fiscalía y de su abogado defensor -a cargo de la Abogacía del Estado, que esa es otra- y se ha mantenido frente al juez durante hora y media. Impertérrito. Inamovible al desaliento que lo aleje del cargo y de la razón, la suya, claro, y solo a la llegada y en algún momento aislado ha dejado ver su sonrisa etrusca, aunque quizás alejada del sentido que imprimía en su obra José Luis Sampedro.

La declaración ha terminado a mediodía y en fuentes jurídicas que ha recogido Europa Press el jefe del Ministerio Público ha asegurado a preguntas de su defensa que no facilitó ni los correos ni el expediente tributario sobre González Amador a ninguna persona de la Fiscalía ni de fuera de ella. También ha negado haber dado instrucciones a otras personas para hacerlo.

También ha justificado el cambio de móvil y el borrado de los mensajes, todo por cuestiones de seguridad, dijo, lo que dejaba entrever en sus respuestas que era un despropósito tenerlo ahí sentado, como un vulgar delincuente porque él es un cándido que nunca ha roto un plato. No deben pensar lo mismo un grupo de personas que ha acudido a las puertas del Tribunal para gritar “sinvergüenzas”, sí en plural, con lo que parecía que la amonestación iba más allá de don Álvaro.

El jefe del Ministerio Público ha llegado al tribunal a las 9.45 horas, vestido de traje gris y con una corbata con dibujos de la balanza de justicia. Entró por la puerta principal del tribunal, la de las autoridades, y ha optado por no dar declaraciones a la prensa.

El magistrado investiga si García Ortiz y los otros dos fiscales bajo sus órdenes que están imputados filtraron el correo electrónico que el abogado de González Amador envió el 2 de febrero al fiscal de delitos económicos que le investigaba, Julián Salto, ofreciéndose a reconocer dos delitos fiscales a cambio de llegar a un acuerdo.

El instructor considera que las conclusiones de los informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil «aportan una información de peso» que viene a «apuntalar» la presunta participación de García Ortiz en la filtración denunciada. En concreto, destacó el informe en el que se asegura que tuvo una «participación preeminente» en dicha filtración, como recoge EP.

De lo investigado hasta ahora, el magistrado entiende que «hay una base indiciaria para presumir que» el jefe del Ministerio Público «fue la persona que dirigió los pasos que llevaron a» dicha filtración, «aprovechando la situación de superioridad que ostentaba sobre otros fiscales».

Y ahora a esperar que el juez del Supremo decida qué hacer con don Álvaro, si sigue adelante y lo sienta en el banquillo o lo exculpa de toda responsabilidad en los hechos. De momento don Álvaro sigue en su cargo, sin inmutarse de ser la primera vez que un fiscal general del Estado declara como investigado. Y Pedro Sánchez tranquilo, muy tranquilo, mientras él siga ahí.

Salir de la versión móvil