Sí, es muy difícil, solamente tú expones tu opinión y ya los detractores atacan sin piedad lo que tú piensas, crees, defiendes y cumples.
Eres fiel a tus creencias desde que tus padres te formaron en ellas y has llegado a tu madurez llevándolas con ese orgullo y fidelidad a lo aprendido con respeto.
Seguramente, en distintas familias esos principios serán muy diferentes a los que tú poseas, pero serán los suyos y tú tendrás los tuyos, sin intentar interceder en las creencias de otros.
Lo más triste es ver cómo, y en las mismas familias con enseñanzas similares, los más pequeños llegan a tener criterios muy diferentes, simplemente porque según ellos exponen que los tiempos han cambiado.
Es mejor callar y observar el comportamiento actual de muchos jóvenes y no tan jóvenes, incluso meteríamos la candidatura de los más maduros… Y te percatas de la corriente tan efímera de formas de vidas muy distantes a la moralidad y el respeto.
Hoy educamos muy mal a nuestros adolescentes, con la coletilla de «lo importante es que sean felices» y les dejas hacer, sin meterte en sus planteamientos de vida, son libres y así deciden con el beneplácito de sus progenitores.
Suelen ser más inquisitivas las madres que los padres con la coletilla de «ella sabe bien lo que debe hacer», si es chica, y si es chico «no traigas problemas a casa».
Lo cierto es que con la vida actual, muchos padres se suelen conformar con saber que sus hijos e hijas cumplen con sus estudios y horarios sin molestarlos, pues suelen regresar a casa tarde y cansados de sus respectivos trabajos.
Es cierto que son otros tiempos y que las necesidades de tener más son imperativas hoy en esta sociedad tan consumista.
Pero el todo se basa en ser fiel a todos esos principios que hacen una sociedad con valores, donde guardar los respetos, como decían antiguamente, «es un buen síntoma de una sociedad sana».
Hoy se exponen las miserias humanas sin respeto alguno a los demás y menos a sí mismo y cuanto más hiriente, terrible o sin ninguna conciencia, mejor para su exposición.
Da miedo una sociedad así, pero hemos sido nosotros mismos quienes la hemos fomentado, si en tu casa falta el respeto por las formas de vidas que has heredado y sigues la corriente de esas nuevas leyes implantadas por los tiempos que corren…
Luego no te quejes, tú lo admitiste y solo tú serás el culpable de lo que suceda con institucionalizar esas nuevas formas de vida.
Se fiel a esa institución creada desde tiempo inmemorial que se denomina núcleo familiar, lucha para que sea fuerte y firme en sus creencias y que nadie desde el exterior pueda demolerla.
La unión hace la fuerza y la confianza enseña esa esencia de crear familia, tan importante para poder subsistir.
¡Somos familia! No es una frase, es un dogma de fe, no la digáis sin auténtico convencimiento.
¡Es una institución!
Los padres somos ese espejo en el que se reflejan nuestros hijos Ya todo dependerá de lo que reflejes en el Viendo a los hijos verás a los padres y viceversa