Mal vamos cuando un Gobierno impone el control político de los medios de comunicación, pero el sanchismo está en plena ofensiva en todo lo que se oiga, se vea o se lea. Lo hizo con poderosos grupos como Prisa, que acabó con el relevo en la dirección para cambiar el rumbo editorial después del severo castigo de la audiencia y la difusión. Y lo ha hecho y lo está haciendo sin rubor ni vergüenza con medios públicos como RTVE.
Si este domingo usted siguió la retransmisión en directo de TVE del desfile del Día de la Hispanidad, no escuchó en ningún momento la sonora bronca que recibió el presidente Pedro Sánchez cuando llegó a la tribuna, pero ya le digo yo que la hubo y de las gordas. Y eso que intentó evitar el abucheo acercando el coche oficial todo lo que pudo a la tribuna y llegar con el tiempo justo y junto a la Familia Real.
Pitidos, sí, que en el caso de los Reyes se transformaron en una cariñosa ovación, pero que el responsable de TVE decidió silenciar y hacer como que no han pasado en una burda y grave manipulación informativa y más cuando se trata de la televisión pública. Solo faltó que el responsable de la retransmisión hubiese colocado aplausos enlatados con la imagen sonriente de Sánchez, y si no lo hizo es porque seguramente no reparó en eso.
No es de recibo el uso partidista de la televisión pública y no es decente ni profesional que se tape la bronca del público a un dirigente político, pero tampoco sorprende demasiado si nos paramos a ver lo que viene sucediendo en la parrilla de TVE desde hace un tiempo.
Desde muy temprano hasta muy de madrugada los programas se suceden con ideólogos del sanchismo empeñados en transmitir la imagen inmaculada y poderosa de un líder como el presidente del Gobierno, al que acosan injustamente los fachas malvados que atienden a las consignas de la derecha o la mismísima ultraderecha vestidos de periodistas comprados y serviles, de jueces politizados y empresarios díscolos.
Son muchos pero entre ellos ilustres como Cintora, Gonzalo Miró, Xabier Fortes o Buenafuente despliegan a diario su mejor hacer periodístico, apoyados con tertulianos y colaboradores de la misma cuerda, para llevar en volandas a Pedro Sánchez a los altares de la política. Ni siquiera entro en si los programas que dirigen los susodichos cuestan más o menos dinero, que puede ser lo de menos, aunque no lo sea, me preocupa más el sesgo y la tendencia informativa que esconde o manipula la verdad.
Pedro Sánchez ha armado un imperio mediático potente con fieles escuderos que ataca y contraataca todo lo que no gusta de una realidad en la que su esposa Begoña y su hermano David están en pleno proceso judicial, y sus principales colaboradores y mano derecha, Ábalos y Cerdán, están uno puede que camino de prisión el próximo martes, cuando declare de nuevo ante el juez, y el otro duerme ya en la cárcel desde hace un tiempo.
Debe ser eso lo que le hace tanta gracia a Pedro Sánchez y por eso se reía a carcajadas durante su cara a cara de la pasada semana contra Alberto Núñez Feijóo. Le deseó “ánimo” a Feijóo con una sonrisa estúpida y engreída, pero es probable que él la necesite mucho más por mucho que se afanen su imperio mediático en lavar su imagen y proyectarlo como un líder político que pasará a la historia como grande entre los grandes.
lleva razón el autor. TVE está actuando como un bodrio pro Sánchez.