Las alarmas saltaron al detectar que una de las puertas eléctricas tenía una obstrucción, pero nadie se preocupó de ir a ver el motivo. El fallecido es un policía de avanzada edad. En el recuento se dieron cuenta del horror
Al suicidio este domingo de un enfermero de 36 años de la prisión de Alcalá Meco (Madrid) que dejó una carta en la que tildaba al director José Comerón de “machista”, y de espetarle que “tenía demasiada pluma”, Fuentes Informadas les cuenta ahora otro espeluznante suceso acaecido hace unos días en la famosa prisión madrileña de Estremera, la que ha albergado a los cabecillas encausados del procés catalán de 2017, y al comisario Villarejo.
No se sabe cómo, pero lo cierto es que, durante un recuento, por fin los funcionarios se dieron cuenta de que la puerta, eléctrica, que se cierra desde un dispositivo central, había estrangulado la cabeza de un interno.
Fue en el módulo destinado a los internos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. En la cárcel, policías, guardias civiles y demás fuerzas del orden condenados cumplen sus condenas en un módulo, aparte del resto de los internos.
Cierre eléctrico
La potencia hidráulica en el cierre de las puertas es enorme. Ante cualquier obstáculo que impida cerrarse, salta una alarma, en forma de luz parpadeante, tanto en la torre como en la sala de control.
Y es entonces cuando el funcionario debe alertar por megafonía sobre ese incidente. Para que algún colega vaya a la celda concreta y vea qué sucede. La alarma funcionó, pero no acudió ningún funcionario. Se dieron cuenta una hora después de que había una puerta abierta que tenía una cabeza atrapada. Ya estaba muerto.
Prisiones ha abierto una investigación
Instituciones Penitenciarias investiga por qué no funcionó el sistema automático que reabre el cierre de la puerta de la celda.
El fallecido estaba destinado en el módulo reclusos pertenecientes a los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, que figuran incluidos en el fichero de especial seguimiento, FIES 4, por haber pertenecido al Cuerpo Nacional de Policía.
El suceso se produjo en torno a las 20.00 horas, momento en el que se produce el cierre nocturno de las celdas y una vez que los presos, como cada noche, se encuentran en su interior.
Primera hipótesis de cómo pudo suceder. Tras avisar los funcionarios del cierre de celdas, explican fuentes de Instituciones Penitenciarias, el interno supuestamente sacó la cabeza, no le dio tiempo a retirarla, tenía cerca de 70 años, quedó atrapado y murió asfixiado, pendiente este extremo del informe de la autopsia.
Nadie de dio cuenta del atrapamiento, ni sus compañeros de celdas colindantes ni los funcionarios.
Todas las celdas del centro penitenciario están equipadas con puertas automáticas dotadas de un mecanismo de apertura y cierre hidráulico denominado presostato, que libera la puerta cuando está cerrándose si detecta algún obstáculo.
A pesar de saltar los avisos de emergencia como puerta no cerrada, en la consola de mandos de la cabina de los funcionarios, nadie supervisó el motivo de la alarma.
No fue hasta casi una hora después del trágico suceso cuando los funcionario, se dieron cuenta de una cabeza humana atrapada en una puerta, que son muy pesadas. Ya estaba muerto, y nada se pudo hacer por salvarle la vida.
Una historia que se repite
No es un caso aislado. En enero del año 2021 murió una reclusa de la prisión de Campos del Río (denominada Murcia II) también atrapada por la puerta de su celda. La interna, cuyas iniciales son C. J., de 48 años, quedó atrapada después de que el funcionario accionase el botón de cierre automático. Ella sacó el medio cuerpo de su celda para darle un mechero a la interna de al lado, pero se quedó atrapada y murió asfixiada.
A pesar de haber transcurrido tiempo suficiente, casi cuatro años, y repitiéndose de nuevo el mismo fallo en el sistema automático de reabre ante un atrapamiento, desde la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dirigida por Ángel Luis Ortiz, no se han dado el instrucciones para revisar y supervisar el sistema de apertura y cierre de celdas.
La pérdida de una nueva vida “poco o nada le importa al Sr. Ortiz”, afirman fuentes penitenciarias. “Y son los funcionarios de prisiones los que tienen que sufrir los trámites judiciales para su esclarecimiento cuando por su negligencia y desidia queda en evidencia su responsabilidad”, añaden los citados medios.
En el caso de la prisión de Estremera se da además la circunstancia que el jefe de mantenimiento del centro se encuentra investigado por el cobro de presuntas facturas falsas en piezas y material de mantenimiento, en el que estaría implicado el anterior equipo directivo, según fuentes penitenciarias.
Estremera, una prisión conflictiva .
Asimismo, la madrugada del 15 de febrero de este año, en el módulo 12 de la prisión de Estremera, Dilawar Hussein, alias El negro, asesinó a su compañero de celda, Ángel A., porque “olía mal”, según dijo luego.
Utilizó para ello una pesa de gimnasio. Según se comentó luego entre los reos y funcionarios de este centro penitenciario, este crimen fue lo que desencadenó luego la destitución como director del centro de Enrique Valdivieso de la Hoz.
En la actualidad hay otro director. Sobre Valdivieso de la Hoz se interpusieron quejas por su actitud ante algunas empleadas de la prisión. La inspección de Instituciones Penitenciarias tomó cartas en este feo asunto. Finalmente, el secretario genera de Prisiones, amigo personal y protector del director de Alcalá Meco, José Comerón, le apartó del puesto.