La madre de este interno, de 48 años, al que los hombres de Ortiz excarcelaron moribundo poco antes de que expirase su vida, cuenta el calvario vivido junto a su hijo, "para que no le ocurra a nadie más"…
La alarma sonó pero al parecer nadie acudió a comprobar qué sucedía: se dieron cuenta una hora después de que había una puerta abierta que tenía una cabeza atrapada…