La distancia entre Gloria Camila Ortega y Rocío Carrasco parece ya insalvable. Ni las fechas navideñas ni los gestos públicos han servido para acercar posturas. Al contrario. En un momento cargado de simbolismo, Gloria Camila dejó claro que no hay espacio para la reconciliación y que su postura es firme, directa y sin matices: para ella, su hermana “ni siquiera existe”.
La influencer y colaboradora televisiva se mostró así de tajante durante la celebración del 72 cumpleaños de su padre, José Ortega Cano, en un restaurante de Madrid. Rodeada de familia y amigos, Gloria Camila vivió la velada con emoción, orgullo y una clara voluntad de cerrar filas con quienes han estado a su lado durante todo el año.
Al ser preguntada por la prensa sobre la posibilidad de un acercamiento con Rocío Carrasco aprovechando la Navidad, Gloria Camila no dudó. Con un tono reflexivo pero firme, defendió que estas fechas no son un momento para hacer las paces por obligación, sino para reforzar los vínculos que ya existen, según Diez Minutos.
“La Navidad me vuelve sensible con los que quiero y con los que me faltan”, explicó, dejando claro que quien no ha estado presente durante el año no tiene por qué aparecer ahora. Para ella, las fiestas no son un borrón y cuenta nueva, sino un espacio íntimo para compartir con quienes han demostrado cercanía, apoyo y lealtad. Una visión emocional, pero también muy pragmática, que refleja un desgaste profundo en la relación familiar.
Sus palabras no son fruto de un arrebato puntual. Gloria Camila insiste en que la ausencia de contacto, interés o preocupación por parte de su hermana durante largo tiempo hace innecesario cualquier gesto navideño. La frase “ni están ni se les espera” resume una decisión que parece tomada desde hace mucho.
El detonante más reciente de este nuevo episodio ha sido un vídeo de Rocío Carrasco emitido en el programa Hasta el fin del mundo, de RTVE. En él, Carrasco bromea sobre su padre durante una conversación grabada en Colombia, utilizando expresiones que provocaron risas, pero también indignación en Gloria Camila.
La colaboradora no ocultó su malestar al ver cómo, una vez más, se hacía burla pública de su padre. Aprovechó además para denunciar lo que considera una doble vara de medir: a ella se le critican las formas y el tono, mientras que otras actitudes similares pasan sin reproche. En ese contexto, dejó claro que su prioridad es proteger a los suyos y disfrutar del momento presente.
Lejos de buscar polémica gratuita, Gloria Camila transmitió una idea clara: está en un punto vital en el que elige a quién da espacio emocional. Y en esa elección, Rocío Carrasco ya no tiene lugar. Una postura dura, sí, pero coherente con un conflicto familiar que, a día de hoy, parece más lejos que nunca de resolverse.