Hoy: 22 de noviembre de 2024
Las personas de buenas costumbres cuando daban el pésame a los familiares del difunto, solían decir: “Que Dios lo tenga en su gloria”. En otros sitios, más desahogados, el pésame se da mirando la cara del doliente a la vez que se le manifiesta con sinceridad: “Hay que joderse”. Yo entiendo que los jueces jubilados deben ir al cielo de la contemplación o a un purgatorio de conciencia, según si fueron muchos los jodidos.
Ya sabemos que la justicia humana, como todo lo que depende de nosotros, tiende a ser arbitraria sólo por las derivaciones que pueda tener el sentirse limitado en su condición carnal. En ocasiones, la justicia se aplica a personas que se han inventado para que existan o que pasaban por allí con cara de chivos expiatorios. Indefensos, por creer en el amparo de los egoístas sufrieron, en su inocencia, tiempos de cárceles ajenas.
Sospecho que, para muchos, la jubilación del juez García-Castellón (don Manuel en su ámbito judicial), los más que “jodidos” a causa de su análisis, puede que bien intencionado, son los que verdaderamente se quedan en la gloria. Los otros, los verdaderos culpables, sentirán el purgatorio de su orfandad… y la casa, sin barrer.
pedrouve