Chihuahua se ha consolidado como uno de los principales corredores del narcotráfico hacia Estados Unidos, con fuerte presencia de dos de los cárteles más poderosos: el de Sinaloa (CDS) y el Jalisco Nueva Generación (CJNG). Así lo confirma el último informe de la Administración de Control de Drogas (DEA), que alerta sobre el control territorial que ejercen estas organizaciones en puntos estratégicos de la frontera, según una información publicada en El Diario de Chihuahua.
Según el reporte, sólo Chihuahua y Baja California registran una “presencia significativa” de ambos grupos delictivos. En contraste, en estados como Sonora y Coahuila predomina el CDS, mientras que Tamaulipas es territorio dominado por el CJNG. En Nuevo León, si bien ambos grupos están presentes, su actividad es menos intensa.
El informe advierte que tanto el Cártel de Sinaloa como el CJNG mantienen redes extendidas en América Latina, China y otros puntos estratégicos del tráfico global de drogas sintéticas como fentanilo y metanfetamina, consideradas las principales amenazas para EE. UU.
Aunque se ha registrado una disminución de muertes por sobredosis en Estados Unidos durante 2024, el estudio revela un descenso en la pureza del fentanilo, probablemente por las dificultades de los productores mexicanos para acceder a precursores químicos esenciales.
En cuanto a decomisos, Sonora y Arizona lideran la incautación de fentanilo en la frontera con 9,089 kilos asegurados en 1,164 operativos. Le sigue Baja California, con 4,450 kilos. Chihuahua y Coahuila sumaron 292 kilos en 390 intervenciones, situándose en un tercer plano, mientras que el Valle del Río Bravo registró 238 kilos.
Además del CDS y Jalisco Nueva Generación, en Chihuahua también opera el Cártel del Noreste, aunque su presencia es menos dominante. Esta organización tiene sus principales bastiones en Nuevo León, Tamaulipas y Zacatecas.