Al paso de cada día agradezco a Dios ser católico, vivir en la Iglesia y sentir a Jesucristo como un libro vivo que abre cada mañana su voz a la mejor palabra. La libertad de los hijos de Dios que reverdece en el Nuevo Testamento, sobre todo en la carta de San Pablo a los Gálatas y a los Corintios, me permite expresiones de libertad al no coincidir con la felicitación que la Conferencia Episcopal Española ha dirigido al Presidente de Gobierno, solicitándole “servicio leal, generoso y constante a todos los españoles”… Ja-ja-ja. A mi corto entender, la Iglesia está llamada a tolerar, pero no a fingir. Creer es comprometerse con Jesucristo, que es la Verdad.
Están viendo cómo en España entera se suceden las manifestaciones y las proclamas contra un modo de gobernar que nos desiguala en derecho y deberes, que juzga a los jueces, que acomoda las leyes a su injustificable capricho… Están viendo la seriedad del Rey y ustedes, señores obispos, con su felicitación, van y le ríen las gracias. De vez en cuando, echo de menos a aquellos valientes pescadores.