Hoy: 23 de diciembre de 2024
La incontinencia urinaria (IU) ha sido históricamente subestimada, a pesar de ser un problema médico y de salud pública de gran relevancia que afecta a más de 200 millones de personas en todo el mundo. Curiosamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no la reconoció oficialmente como una enfermedad hasta el año 1998.
El doctor Luis Resel, coordinador del Grupo Nacional de Urología Funcional, Femenina y Urodinámica de la Asociación Española de Urología (AEU), señala en una entrevista con Infosalus que también conoce este trastorno como la “enfermedad silenciosa”.
Infosalus preguntó al doctor Resel acerca de los síntomas de alerta más destacados, a lo que él responde que un especialista en Urología debe evaluar cualquier grado significativo de incontinencia urinaria o urgencia miccional.
“Recientemente se ha publicado que, en Europa la incontinencia afecta a 55-60 millones de personas y representa el mayor gasto sanitario, cercano a los 40 billones de euros. Se ha demostrado que cualquiera de las opciones terapéuticas disponibles para el manejo de esta enfermedad presenta una mejor relación coste-eficacia que no tratarla, advierte el experto.
El coordinador del Grupo Nacional de Urología Funcional, Femenina y Urodinámica de la Asociación Española de Urología destaca que la causa más común de la incontinencia urinaria de esfuerzo en hombres está relacionada con la cirugía de la patología prostática, como la prostatectomía radical, resección transuretral o enucleación con láser.
Respecto a la resolución de la incontinencia urinaria en hombres, el doctor recomienda que en primer lugar, consulten a un urólogo para obtener un diagnóstico adecuado y un tratamiento personalizado que variará según el tipo de incontinencia.
El doctor Luis Resel subraya que la incontinencia urinaria es una enfermedad que tiene “consecuencias devastadoras” en la calidad de vida de quienes la padecen, afectando a todos los aspectos de la vida diaria, laboral, social y familiar. Puede provocar depresión, aislamiento social, disminución de la eficiencia laboral, bajas por enfermedad y la necesidad de ingresar en residencias. Reconocer que es un problema abordable por profesionales y con tratamientos eficaces resulta esencial, concluye el miembro de la AEU.