Hoy: 25 de febrero de 2025
La Guardia Civil, en la operación Blackmamba, ha incautado en la Cuenca de Pamplona (Navarra), 190 armas de fuego y más de 17.000 cartuchos de distintos calibres, que estaban bajo custodia de una sola persona.
Entre las armas incautadas se hallan escopetas, rifles, fusiles, subfusiles y ametralladoras de gran calibre, aparentemente inutilizadas. Además, se han confiscado más de 12.800 cartuchos metálicos, más de 5.000 cartuchos no metálicos y varias granadas inertes.
Se han encontrado piezas fundamentales de armas, repuestos de ametralladora, cargadores para distintas armas, un silenciador artesanal y una mira antiaérea compatibles con algunas de las armas intervenidas, algunas de las cuales son consideradas armas y municiones de guerra. La investigación comenzó tras el hallazgo de un arma de fuego activa en el 2023, que estaba registrada como inutilizada.
Tras constatar que el propietario de esa arma tenía otras tres inutilizadas, la pesquisa reveló que poseía varias armas a su nombre, muchas de ellas inutilizadas. Esto llevó a la entrada y registro en dos domicilios en Pamplona. Destaca que 136 de las 190 armas incautadas no estaban registradas, estando fuera del control administrativo y algunas de las cuales podrían ser reactivadas con facilidad.
La mayoría de las armas inutilizadas podrían reactivarse fácilmente, como las tres ametralladoras incautadas, que estarían operativas solo con la sustitución de su cañón. Esta operación ha impedido la posible entrada de estas armas y cartuchos al mercado ilícito. En España, muchas armas del mercado negro provienen de la rehabilitación de armas inutilizadas para poder disparar nuevamente.
La operación fue llevada a cabo por la Guardia Civil de Navarra, con el apoyo de diversas unidades especializadas, y coordinada por el Juzgado de Instrucción número 4 de Pamplona.