Escala de valores

2 de diciembre de 2023
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León Tolstói. | Flickr

Escribía León Tolstói, en Ana Karenina, que todas las familias dichosas se parecen, y las desgraciadas lo son cada una a su manera.

Esa mañana, la chiquillería de Quirós del Llobregat se sentía triste y confundida porque en la escuela les había dicho la maestra que los Reyes Católicos habían nacido en Castilla y Aragón, y a ellos nadie les enseñó dónde estaban esos pueblos.

El señor alcalde, Esteve Gilabert, del recién creado Partido Unionista de Extramuros, se dolía porque llevaba años reclamando un hospital sin la menor respuesta. Los enfermos se distraían, mientras llegaba la muerte, aprendiendo otros idiomas.

Para colmo, llevaba casi dos años sin llover y escaseaba el pasto para los animales; la verdura de las eras, se reducía a una berenjena que regaba con paciencia la secretaria del ayuntamiento…

Dio la casualidad, ante tanta desgracia, que pasara por allí el ministro de Exteriores con un pañuelo grande secándose las lágrimas:

-Qué le ocurre, señor ministro, por qué llora.

-Porque he llegado a la conclusión de que las burras de este pueblo no hablan catalán.

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