Hoy: 23 de noviembre de 2024
El primer secretario del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), Salvador Illa, ha anunciado este lunes que su hipotético apoyo al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, estará sujeto a “condiciones”, en especial a una muy concreta.
Los socialistas piden el cese del conseller de educación, Josep González-Cambray, quien ordenó la revocación de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña sobre la cuestión lingüística. Este texto sugería que al menos un 25% de las clases podían impartirse en castellano, lo que despertó la polémica entre los sectores nacionalistas. En el fragor de la controversia, se alzó la voz de González-Cambray, quien exigió que todas las horas lectivas se volvieran a dar en catalán.
“El tema lingüístico es prioritario”, señaló Illa en una intervención el pasado fin de semana. “Si la premisa es confrontar con España, que no cuenten con nosotros”. Los socialistas extienden una mano tímida hacia Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que necesita encontrar una balsa a la deriva ni so quiere naufragar después de la destitución del ‘vicepresident’ Jordi Puigneró.
Puigneró fue relevado de sus funciones el pasado miércoles a causa de una “pérdida de confianza política” por no informar con antelación al ‘president’ Aragonès de que Junts pretendía poner en marcha una cuestión de confianza. Con esta decisión, el líder de ERC no hizo sino tirar piedras contra su propio tejado y levantar ampollas en Junts, su principal socio parlamentario.
Illa tiene ahora la sartén por el mango y sabe que el plan del ‘president’ de virar hacia las posiciones de CUP y Comunes no será suficiente para sostener al Govern. Envalentonados por los grandes resultados que les auguran los sondeos, los socialistas se consideran la única opción viable para poner punto final a la crisis interna en Cataluña. Mientras tanto, el tiempo corre, tan implacable como inexorable, en el seno de los republicanos.