El muñeco

8 de enero de 2024
1 minuto de lectura
Muñeco apaleado en Nochevieja en la calle Ferraz (Madrid). | Fuente: Diego Radamés / Europa Press.

Con tanto buscar juguetes asexuados para niños y niñas, indistintamente, ahora no sabemos bien si el muñeco de las ofensas en Ferraz se parece al Presidente del Gobierno o a una de sus vicepresidentas, por poner un ejemplo, que podían ser otros.

Los socialistas, por si acaso tiene más similitud con su secretario general, han dispuesto una querella por delito de odio, injustificado siempre entre nosotros. Odiar es un delito sólo cuando se cristaliza en la persona odiada, nunca figurativamente, y por las causas que determina la ley, a no ser que la cambien para la ocasión.

Más que odio, el pinocho apaleado representa la decepción llevada al límite sobre un señor que es inodoro, incoloro e insípido y que se baña en La Mareta para que el mar le justifique en su oleaje sus cambios de criterio. Ya lo decía Borges: “El paisaje del mar nunca es el mismo”. Según le convenga, siempre son distintos los principios de nuestro Presidente. El muñeco que tanto les molesta es la desesperación de las mentiras que sufre el pueblo al darse cuenta, por fin, que de los tramposos no se pueden esperar ganancias.

pedrouve

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