¿El libertador de América fue un español monárquico?

21 de agosto de 2024
4 minutos de lectura
San Martín, soldado español combatiendo para la Corona
San Martín, soldado español combatiendo para la Corona

El general José de San Martín es la máxima figura de la argentinidad. Considerado libertador de tres países sudamericanos: Argentina, Chile y Perú

José de San Martín es un ejemplo cabal de los valores fundamentales de una sociedad y de una Patria libre y soberana. A raíz de ello, en su homenaje, los 17 de agosto, fecha de su fallecimiento, en Argentina es feriado desde los años 30 del siglo pasado.

Sin embargo, desde hace unos años se han renovado los análisis sobre su larga y rica vida: su biografía, en su aspecto militar, en lo político, su relación con las sectas y su exilio.

En ese contexto, se disparó una nueva mirada sobre San Martín ¿Fue un español monárquico?

Para varios historiadores y especialistas en la vida sanmartiniana, lo fue. Como suele pasar en la política, las cosas por afuera son diferentes a las que son en las intimidades, y a veces, son diametralmente opuestas en su forma de ser, en sus concepciones y en sus proyectos. Entre quienes afirman que San Martín era un monárquico, está el historiador Ismael Arce, autor de una extensa biografía sobre el “padre de la patria argentina”.

Arce lo argumenta, afirmando que era la ideología o la forma de gobierno casi absolutamente general en esa época en el mundo.

“La única república con éxito que existía eran los Estados Unidos, Todo el resto del mundo, por lo menos en Europa, se manejaba con el sistema monárquico: ya no era el absolutismo de siglos anteriores. El modelo era Inglaterra. El otro país que había optado por la república terminó siendo un baño de sangre y acabó en un imperio que fue Francia. Entonces San Martín era monárquico, pero un monárquico constitucional, con un rey que tenía que ser sometido a la constitución de su país. Él, cuando logró estabilizar más o menos las cosas en el Perú, como había prometido, se va para que los peruanos se rigieran o se gobernasen a sí mismos sin ninguna figura que esté influyendo.

En tanto, el ideal del otro libertador de América, Simón Bolívar en algún momento fue el emperador de Sudamérica. Así, sin más. Que nos perdonen nuestros amigos y hermanos venezolanos, pero está documentado por cartas del mismo Bolívar: él se veía como un emperador del sur. Por eso nunca fue demasiado respetuoso de la voluntad de los congresos o de los parlamentos que se formaron en sus países. Él era la figura central de un sistema. Siempre tuvo una idea expansiva de su poder”, afirmó Arce.

En la entrevista de ambos que se da en Guayaquil hubo distintos criterios: venía Bolívar en la cumbre de su poderío, San Martín no tenía apoyo ni del Río de la Plata ni de Chile, y por distintas cuestiones internas de los dos países tenía un ejército cada vez más chico, cada vez más pequeño, que no era reforzado ni pertrechado tampoco por sus bases, que eran la Argentina y Chile. Hubo también una crisis política interna en el Perú que contribuyó a su debilitamiento.

Para Arce, hizo lo que pudo, lo que correspondía, porque en el fondo Bolívar no lo quería demasiado en la zona. “Bolívar quería ser él. Entonces San Martín le dice, casi de manera anecdótica: ‘bueno, general, si usted quiere sirvo a sus órdenes’. El otro le dice que no, que no podía permitir eso. En definitiva, era una cuestión de poder político y militar. Entonces, ante toda esa situación, la falta de poder y de apoyo, el hecho de que el mismo Perú se esté dividiendo entre sus partidarios y sus adversarios, lo que amenazaba con estallar una guerra civil, lo llevan a tomar la decisión de alejarse definitivamente”, aseveró el historiador.

San Martín vuelve a Europa para dedicarse a la actividad diplomática, busca el reconocimiento y el apoyo a la independencia de los países americanos.

Por su parte, para el escritor e historiador Mariano Saravia, José de San Martín es un héroe al que la historia oficial mata y vuelve a matar. Por eso impusieron celebrarlo el 17 de agosto, día de su muerte. Y por eso lo han desaparecido en su esencia, han desaparecido al verdadero San Martín, porque le tienen miedo. Y sabemos, que esa es otra forma de matarlo. Por eso es nuestra obligación hacerlo renacer, o mejor dicho, mantener vivo al verdadero San Martín.

El prócer sudamericano era español-argentino, había nacido el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú, una de las principales ciudades en el sistema de misiones jesuíticas en la frontera de Argentina y Paraguay. La historia oficial afirma que fue hijo del matrimonio español de Juan de San Martín y Gregoria Matorras, pero muchos investigadores aseguran que la verdadera madre fue su nodriza, la india guaraní Rosa Guarú, fruto de un romance con el español Diego de Alvear, padre de Carlos María de Alvear, y que, para evitar el escándalo público, lo entregaron al matrimonio San Martín.

Formación y carrera militar en España

Se trasladó de niño con su familia a España, donde estudió primero en el politécnico y luego entró como cadete en el Regimiento de Murcia, con 11 años. A los 13 ya estaba sirviendo en el Norte de África y a los 15 tuvo mando de tropas. Hizo toda una carrera en el Ejército Español y fue héroe de la guerra contra los franceses, que habían invadido y ocupado la Península Ibérica en 1808.

Dentro del Ejército Español se había librado otra batalla, una batalla política entre los liberales constitucionalistas y los absolutistas monárquicos. Él tomó partido transformándose en un soldado ciudadano, es decir, polítizado.

En 1811 se enteró de los movimientos de juntas en América y se unió a la Logia de Cádiz, una reunión masónica de americanos que decidieron volver cada uno a sus países para continuar la lucha liberal, independentista que pensaban que ya no podían seguir librando en España. Se fue a Londres, donde recibió un relativo apoyo de los ingleses, supuestos aliados de la resistencia española contra Napoleón. San Martín y los patriotas americanos no fueron ingenuos, sabían que a Inglaterra le interesaba el libre mercado con las tierras americanas.

2 Comments

  1. Una de las cosas más hermosas del mundo es encontrar a alguien con Usted D.Pedro, que con sólo un ratito de su tiempo hoy me ha mejorado el día. Reciba un cordial saludo de una gran amante de la historia.

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