Hoy: 27 de noviembre de 2024
Lo que el exministro Garzón está sufriendo sólo Dios y él lo saben (Bueno, Dios no sé si lo sabe, porque éstos no le avisan de nada). Por las habladurías de los envidiosos, ha tenido que renunciar a la pertenencia de la consultora del otro exministro don José Blanco el que, por humildad, trasladaba su despacho a las gasolineras.
Garzón nos había enseñado a consumir lo debido, ya que era responsable del ramo, sobre todo a que nos alejáramos de la carne, que siempre es lugar de pecado, de tentación al menos, salvo en las bodas de los progresistas.
Siento por él que haya dejado pasar esta oportunidad. Si hubiese asistido, como solía, a la Gala de los Goya (a lo mejor fue y no nos hemos enterado), quizá Almodóvar le buscaría un papel de protagonista en cualquiera de las obras de arte que aún mantiene intactas bajo la blanca cabellera.
De todas formas, una brillantez como la suya no ha de estar mucho tiempo desocupada. La vicepresidenta segunda sufriría y, en el partido, son inagotables las puertas giratorias.