La Lotería de Navidad es sinónimo de ilusión, celebraciones y sueños compartidos. Sin embargo, también puede convertirse en una fuente de preocupación si el décimo se pierde o es robado. Ante esta posibilidad, los expertos insisten en algo sencillo pero fundamental: prevenir es la mejor protección. Un pequeño gesto a tiempo puede marcar la diferencia entre cobrar un premio o enfrentarse a un largo proceso legal.
Aunque pueda sorprender, cualquiera que tenga físicamente un décimo premiado puede cobrarlo, ya que se trata de un título al portador. Sin embargo, esta presunción no es absoluta. El catedrático de Derecho Civil Vicent Josep Sorrentí, profesor en la Universidad Internacional de Valencia, explica que es posible demostrar quién es el legítimo propietario, incluso si no conserva el décimo en su poder.
Para ello, resulta esencial guardar una copia clara del billete, preferiblemente escaneada o fotografiada por ambas caras. En esa imagen deben verse con nitidez el número, la serie, la fracción y el sorteo. Sin estos datos, reclamar un posible premio se vuelve muy complicado.
Si el décimo se pierde o es sustraído, el siguiente paso es denunciar de inmediato, sin esperar al día del sorteo. La denuncia debe presentarse ante la Policía o la Guardia Civil y conviene también informar a la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado para dejar constancia oficial del extravío. Esto permite, en caso de premio, bloquear el pago temporalmente y evitar que lo cobre un tercero.
Muchos de los conflictos más habituales surgen cuando el décimo se comparte. El exceso de confianza, explica Sorrentí, lleva a veces a no dejar constancia de quién participa y en qué porcentaje. Ese descuido puede salir caro si el décimo resulta premiado.
La recomendación es clara: dejar rastro de todo. Escanear o fotografiar el décimo y enviarlo a todos los participantes por correo electrónico o mensajería, indicando nombres y porcentajes, aporta una prueba valiosa. Estas conversaciones pueden servir como respaldo legal si surge un conflicto.
También es aconsejable evitar el pago en metálico al comprar un décimo compartido. Transferencias bancarias o Bizum ofrecen un respaldo adicional, siempre que se detalle el concepto. Incluir el número del décimo y el porcentaje de participación refuerza la prueba. Una simple captura de pantalla puede resultar decisiva más adelante.
En caso de que alguien cobre indebidamente un décimo compartido, la ley permite reclamar la parte correspondiente, incluso por la vía penal. Por eso, sin caer en la desconfianza extrema, conviene actuar con cabeza.
La Lotería de Navidad está pensada para repartir alegría. Un poco de previsión y organización ayuda a que esa alegría no se transforme en un problema cuando menos se espera.