Hoy: 29 de diciembre de 2024
El narcotráfico data desde hace muchos años en Argentina, igual que en cualquier país latinoamericano. Tal vez, no con la magnitud de Colombia o de México. Pero lo cierto es que, desde hace más de 25 años, el poder de los narcos fue creciendo.
Desde que el líder capo colombiano ya asesinado Pablo Escobar decidió en la década de los años 80 trasladar a su familia a Buenos Aires, el poder de los narcos no dejó de crecer en lo económico y tejió una red de políticos, jueces, financistas, abogados, jefes policiales, artistas, deportistas y funcionarios de distintos gobiernos.
Hace muy pocos meses, un capo narco ecuatoriano fue hallado con su familia viviendo en un barrio cerrado muy cerca de la famosa villa turística cordobesa Carlos Paz. Había escapado tras el intento de golpe de estado y rebelión civil provocado en Ecuador.
Como este episodio hay un centenar para recordar, y seguramente hay más, saltan a la opinión por hechos que distraen la dimensión de lo que ocurre con el lavado de dinero en ciertos rubros como la construcción o las financieras que trabajan muy cerca de los puertos o en ciudades donde se concentran las operaciones de importación y exportación del país.
La sorpresa en las últimas horas al cumplirse los primeros 100 días del gobierno de Javier Milei y con una ciudad como Rosario que es un polvorín, trascendió que el ministro de Justicia del gobierno nacional Mariano Cúneo Libarona fue abogado defensor de narcos, políticos, financistas y jueces vinculados.
El funcionario de Milei negó haber sido abogado de ‘Mameluco’ Villalba, por ejemplo, un poderoso narcotraficante al que apuntó la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, y dijo que lo representó su hermano Matías en el estudio que compartían, pero que estaba “en otro piso” y él no sabía. Una excusa infantil que Milei dejó pasar, aunque su socio político Mauricio Macri alertó a los suyos y recordó que en la repartija, el ministerio de justicia le correspondía a un hombre de su confianza y que el actual Presidente salió un buen día con Cúneo Libarona.
Ese episodio que parecía solo tener connotaciones políticas se volvió sospechoso de una supuesta injerencia de otro tipo al conocerse que el ministro fue o habría sido abogado de narcos. A ello se suma como antecedente, su participación como abogado en un escándalo narco-mediático ocurrido en los años 90 cuando el actual ministro era un joven abogado penalista y defendió a un grupo de mediáticas en el caso que se conoció como “la del jarrón” donde lo involucraron al astro Diego Maradona y a su representante y amigo Guillermo Cóppola y algunas vedettes del momento.
En tanto, desde el liberalismo más ortodoxo, los dirigentes amigos y citados varias veces por Milei lo acusan de haberse vuelto un “timorato ultra conservador de derecha”.
Todo esto se remueve a 100 días de gobierno y cuando su ministra de Seguridad Patricia Bullrich pone en marcha un pomposo despliegue militar para combatir el narcotráfico en Rosario: 120 uniformados, 5 helicópteros, navíos y vehículos. Con un acto en el Monumento a la Bandera, las tropas se presentaron en sociedad comprometiendo a las Fuerzas Armadas en el serio y complejo problema del narcotráfico.
Tras el acto con alto impacto publicitario, los jefes militares no dejaron de aclarar en voz baja que ellos estarán solo para brindar apoyo y suministros a la lucha contra el narcotráfico. No entrarán en combate pese a los crímenes con sello mafioso que aterrorizaron a la sociedad rosarina.
El ministro de Defensa Luis Petri encabezó la llegada de refuerzos que es lo que pueden aportar las Fuerzas Armadas para este tipo de incursiones, debido a las restricciones que impone la Ley de Seguridad Interior y de Defensa Nacional. Los vehículos serán puestos a disposición de la Gendarmería, Prefectura Naval, y las policías Federal y de Seguridad Aeroportuaria que fueron destinadas a Rosario.
La presencia de Petri y los jefes militares del Estado Mayor Conjunto en la cuna de la Bandera se trató más de un gesto político de fuerte compromiso con la lucha contra el narcotráfico, pero también fue un mensaje hacia el interior de las FFAA, luego de las tensiones que hubo en torno a la intervención de los uniformados.
Es interesante reflexionar cómo encara el gobierno de Milei la lucha contra el narcotráfico. Quiere militarizar Rosario, uno de los puertos más importante del país donde nadie controla lo que ingresa ni egresa, libertad absoluta en el puerto que está rodeado de una cantidad interesante de financieras que operan con paraísos fiscales en absoluta libertad. Una ironía más se suma a la lucha que más bien es una acción temible para la sociedad que en un verdadero combate al delito narco.
Sin complicidad de algunos estamentos del estado Rosario JAMAS hubiera llegado a la catrastrofe que es hoy. Policías y jueces sospechados de cómplices. Solo resta ver hoy la serie colombiana de Pablo Escobar para entender de donde viene el problema, dónde está hoy la situación y hacia donde va
que la boca se te haga un lado Luis, Hernán Lopez, o será que la serie de Escobar tiene sabor a apología?
Coincido con el comentario de Luis, los policías y los jueces son cómplice de todo esto.
Una pena que Rosario, cuna de figuras representativas de Argentina como la de Ernesto Che Guevara y Lionel Messi, y espacio histórico en donde Manuel Belgrano izó por primera vez la bandera , se convirtió en la ciudad más peligrosa del país por la lucha entre las bandas que se disputan el control del tráfico de drogas.
Habrá que ver si las medidas de Milei no exponen a más peligro a los ciudadanos al militarizar la ciudad, en un contexto que da para hablar conociendo lo que visibiliza Solans sobre el ministro de justicia del gobierno, Cúneo Libarona o su hermano, que es lo mismo.