Disimulos de la noche

Tengo un amigo que desea fervientemente el paso de las horas porque dice estrenar cada noche un paraíso. Los que duermen la noche entera sin levantarse aseguran tener la conciencia tranquila, la próstata en estado de revista y el cansancio hecho mano que le cierra los ojos. Nunca sabremos si dormir bien es descansar o morirse un poco sin la noticia dolorosa de la despedida.

En la noche también duermen los pájaros y apenas si tiemblan los alambres de la luz con su respirar pequeño. La luna espera a la noche para acicalarse un poco en el cristal de los barcos o en el envés de las hojas de plata de los almendros. La gente que sufre calma su dolor si logra ver en el horizonte de la noche una estrella distinta.

Para los amantes, la noche se deja llevar en un río de besos hasta que llega la aurora con ojos luminosamente destemplados.

…Otros, aprovechan los ojos entornados de la noche para serenar el alboroto de las mentiras y decirnos que el palacete de París no era nuestro, sino de Sabino Arana, que lo compró en una subasta cuando en Francia circulaban los francos y en España también. Aunque los nuestros eran uno solo… y con él, siendo de noche, ¡cualquiera se atrevía!