Después del revés jurídico y político, Milei piensa seguir adelante con el Decreto de Necesidad de Urgencia

El presidente de Argentina rediseña su planificación jurídica y política para avanzar con sus medidas pese al rechazo sindical, político y judicial

El presidente de la Nación, Milei, se enfrentó a los diputados y senadores y rediseña su planificación jurídica y política para seguir adelante con el devastador Decreto de Necesidad de Urgencia.

El propio Milei anticipó que seguirá cueste lo que cueste, pero su plan encontró dificultades, con oposiciones políticas, sindicales y judiciales que pusieron en duda la aplicación de esos 366 puntos que contiene el DNU y que son anticonstitucionales.

Dentro de la versatilidad del proyecto libertario, algunos dirigentes se quejaron porque señalan que hay sectores que están trabajando para debilitarlo al presidente.

La mesa chica de Milei es sumamente reducida, el primer presidente libertario desconfía de todo, menos de su perro Conan, ya fallecido y con quien dice hablar todas las noches. Su entorno la integran su hermana Karina y el estratega Santiago Caputo; el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el ministro del Interior, Guillermo Francos.

En ese círculo áulico no está el ex presidente del Banco Central macrista Federico Sturzenegger, sin embargo, fue quien terminó por convencer a Milei, de que el DNU era la herramienta óptima para avanzar con el shock libertario. Sturzenegger, sin cargo oficial aún, sale en todas las fotos al lado de Milei, cuando hay que anunciar algo importante.

Este jueves pasado, la Justicia le dio el primer baño de realidad al gobierno: el juez Enrique Lavié Pico, del fuero contencioso y administrativo federal por el que desfilan poderosísimos operadores, habilitó la feria de enero para tramitar los amparos que buscan declarar la inconstitucionalidad de ese decreto, y definió que el capítulo laboral seguirá su curso en el fuero homónimo, al revés de lo que pretendía el Ejecutivo.
En el Congreso, también los libertarios se toparon con una realidad adversa: “los amigos no eran tantos”.
En ese contexto, Macri empezó a mover sus fichas, y entendió que lo mejor era que el PRO se quedara con la presidencia de la Cámara de Diputados, e insistió por Cristian Ritondo.

Milei consideró que los legisladores del PRO podían aglutinar bajo su liderazgo y apoyarían de cualquiera manera sus reformas, y cedió la conducción a Martín Menem, un legislador con apellido con historia e integrante de la casta política, pero con escasa trayectoria.

Milei está convencido de que tiene suficiente sostén social para avanzar con sus reformas. Todavía se percibe un notorio malestar con el presente, y expectativa por mejoras a futuro. Pero hay un dato que empieza a inquietar, aunque de modo incipiente: cierta “angustia” por parte del propio electorado libertario por la magnitud de la crisis y el impacto de la mega devaluación en la vida cotidiana.