Hoy: 22 de noviembre de 2024
Por boca del justamente galardonado Rafael Cadenas, Einstein nos recuerda que los nacionalismos son un sarampión para los pueblos. Del sarampión todos conocemos sus síntomas: manchas diminutas y rojizas, como picaduras de pulga que nacieran en antiguos colchones de lana.
Y como aún no se encontró remedio para semejante insistencia, los nacionalistas salen descaradamente a tomar el sol de las prebendas. Pican y pican… y alguna sangre se llevan.
Salvador de Madariaga nos mostró la causa de su fidelidad: “Son de ideas fijas porque, al tener tan pocas, no les queda más remedio que conservarlas”.