Hoy: 23 de noviembre de 2024
Ha pasado un año desde que los líderes mundiales renovaron sus compromisos climáticos en la histórica cumbre de Glasgow, Reino Unido. La próxima semana, se volverán a reunir en Sharm El-Sheikh, Egipto, durante la 27ª Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP27). El fin será llevar a cabo negociaciones destinadas a frenar el calentamiento global. Sin embargo, el mundo es un lugar diferente ahora. Los líderes deberán enfrentar la crisis energética provocada por la guerra en Ucrania y los daños crecientes de los fenómenos meteorológicos extremos.
El panorama a corto plazo es desalentador. Los precios de la energía se están disparando en Europa y otros territorios. Se aproxima una nueva ronda de inversiones gubernamentales destinadas a reducir artificialmente el costo de los combustibles fósiles. Según una estimación, dichos subsidios casi se duplicaron en 2021 y están a punto de aumentar nuevamente este año. Dicha subida únicamente aumentará la dependencia de las fuentes de energía más “sucias” del mundo, tal y como adelanta la revista Nature.
No obstante, también hay buenas noticias. Las instalaciones de energía renovable continúan aumentando a nivel mundial. Aproximadamente 26 países han asumido nuevos compromisos climáticos este año, entre ellos, Australia. Este último se comprometió a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 43 % por debajo de los niveles de 2005 para 2030.
Un análisis de la Agencia Internacional de Energía sugiere que las nuevas políticas anunciadas por Estados Unidos, Europa y otros, en respuesta a la crisis energética, están preparadas para estimular las inversiones en energía limpia. Dicha estrategia podría permitir un estancamiento global de las emisiones para 2025.
Mientras tanto, los impactos del cambio climático van en aumento. En septiembre, los científicos anunciaron que el calentamiento global ayudó a impulsar las lluvias monzónicas inusualmente fuertes que causaron inundaciones extremas en Pakistán este año. matando a más de 1.700 personas y causando daños por decenas de miles de millones de dólares en viviendas e infraestructura.
Los argumentos sobre cómo pagar tal devastación serán el centro de atención en Sharm El-Sheikh, al igual que las preguntas sobre si los países ricos están haciendo lo suficiente para ayudar a los países más pobres a adaptarse al calentamiento global.
“Mitigación y adaptación: esos son los dos temas” en la COP27, sentenciaba Joyeeta Gupta, politóloga de la Universidad de Amsterdam.