Hoy: 23 de noviembre de 2024
¿Dónde están los doctores cubanos? La isla cuenta hoy con 31,308 trabajadores de la salud menos que en 2021
La carencia de médicos y otros profesionales sanitarios pone en riesgo un sistema de salud que fue modélico en el Tercer Mundo, pero que hoy apenas cubre las necesidades básicas de una población envejecida, con enfermedades crónicas y que acude al trueque y la ayuda mutua para paliar el déficit sanitario.
“Aquí no hay médicos, ni técnicos de laboratorio en urgencias”, dijo al periódico digital `Café Fuerte’, una doctora de la nororiental provincia de Holguín, que rehusó ser identificada, pero aseguró que “los jefes lo saben (el deterioro de la salud pública) porque es un tema recurrente en todas las entregas de guardia”.
La sala de neonatología del Hospital Vladimir Ilich Lenin carece de técnicos suficientes para rotar en los turnos de la noche. “De manera que si un neonato presenta sangramiento y hay que hacerle una hemoglobina o si comienza con fiebres y necesita una prueba de eritrosedimentación, para descartar infección, no se puede”, aseguró otro sanitario conocedor de los déficits; incluida la imposibilidad de realizar análisis para dar seguimiento a recién nacidos en estado grave.
La falta de personal cualificado, la escasez de insumos, medicamentos, acompañado de la falta de insumos, medicamentos e higiene en instituciones hospitalarias ha elevado la tasa de mortalidad infantil de 7.5 por mil nacidos vivos, debido al aumento de los casos de septicemia, una reacción del cuerpo a infecciones crónicas.
Nadie escapa de la crisis sanitaria
“En estos momentos hay crisis de enfermeros. En la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Clínico Quirúrgico Lucía Iñiguez Landin, de 13 camas están usándose solo seis, por falta de personal”, dijo una auxiliar de enfermería.
En Ciego de Ávila (centro de la isla), un cirujano se queja porque no hay hilos de sutura, guantes ni instrumental quirúrgico. No es el único. La situación se ha vuelto común en toda Cuba, donde hasta los propios médicos dependen de sus familiares y amistades en el exterior para medicarse u operarse, porque las instituciones públicas de salud no pueden garantizar los recursos más elementales.
Varios sanitarios y médicos de diferentes especialidades han solicitado su “liberación” (baja) al Ministerio de Salud Pública (MINSAP) porque no quieren continuar laborando en las actuales condiciones; con el riesgo de ser acusados de negligencia, pese a que el gobierno sabe que no tienen con que atender a y curar a los pacientes.
A mediados de 2022, más de una treintena de especialistas de neurocirugía, medicina interna, anestesiología y nefrología fueron citados en la Dirección Municipal de Salud Pública de Holguín para informarles que no serían liberados porque hay “presión asistencial” por falta de personal.
Otra causa de la escasez de especialistas y enfermeros son los contratos de venta de servicios médicos, suscritos por el gobierno cubano con estados extranjeros; que son uno de los principales ingresos monetarios del país y que han sido cuestionados por Naciones Unidas y otras instituciones internacionales por promover modalidades de “trabajo forzoso”. Cuba mantiene discreción sobre el número real de personal médico alquilado a terceros países.
El déficit de personal sanitario retrasa la realización de análisis y pruebas diagnósticas que definen criterios quirúrgicos y tratamientos de enfermedades como el cáncer; haciendo que los pacientes soporten largas listas de espera para hacerse resonancias magnéticas, biopsias, gastroscopias o colonoscopias, aseguraron los especialistas consultados para esta nota.
En paralelo, han crecido los pedidos y protestas de pacientes en las redes sociales, en la prensa independiente cubana y los ciudadanos, al sentirse indefensos, han creado grupos de whatsahapp para avisarse mutuamente de la llegada de medicamentos a las farmacias y establecido un sistema de trueque de medicinas e insumos,
Estampida en números oficiales
Datos del Anuario Estadístico de Cuba (2022) muestran la reducción en el último año, de 312,406 a 281,098, del personal facultativo (graduado de diferentes especialidades). De ellos, sólo los farmacéuticos no están en números negativos.
En el caso de los médicos de todas las especialidades, cuya presencia en el sistema de salud pública mantuvo una tendencia ascendente desde 2018 (con 95,487) a 2021 (con 106,131), el año pasado apenas aparecen registrados 94,066..
De ellos, los que se especializan en Medicina General Integral (MGI) muestran un incremento de 1,136 en relación al resto. La otra especialidad de la salud que no ostenta cifras negativas es farmacia con un aumento de 503 trabajadores en 2022.
También muestran reducciones en sus números las especialidades de estomatología, con un patrón igual de ascendente que el de los médicos de 2018 a 2021. De 20,903 estomatólogos con que contaba el MINSAP en 2021, solo 17,657 se registraron en 2022 para una pérdida de 3.246 profesionales de la especialidad.
Del personal restante -que según la ONEI solo está vinculado al Sistema Nacional de Salud- destaca la disminución de enfermeros de 86,983 en 2021 a 79,569 al siguiente año, para una reducción de 7.414 técnicos y licenciados en enfermería en las instituciones de salud pública en la isla.
Menos técnicos y tecnólogos
Otro grupo que se ha contraído de manera significativa es el de los graduados de carreras tecnológicas que incluyen a técnicos superiores, medios y básicos, cuya presencia en instituciones de salud ha decrecido de 92,950 en 2021 a 83,864 en 2022; para una reducción de 9,086 menos.
Cuba cuenta hoy con 31,308 trabajadores de la salud menos que el año anterior. Lo que, en teoría, incrementa a 118 la relación de habitantes por médico, a 627 habitantes para un solo estomatólogo y a 139 cubanos para un enfermero; siempre según las cifras del gobierno.
Las provincias más desprovistas de galenos son Artemisa con 2,845, Mayabeque con 1,884 (ambas en occidente) y Cienfuegos (surcentro) con la alarmante cifra de apenas 642 médicos.
“Pero siguen enviando médicos a las colaboraciones”, cuestiona un profesional de la salud en referencia a la voluntad de las autoridades cubanas de rentar los servicios profesionales cubanos a otros países.
Estadísticas engañosas
Según una nota aclaratoria de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), las cifras de “los médicos y estomatólogos corresponden al total del registro de trabajadores de la salud. El resto del personal solo incluye a quienes laboran en las unidades del Sistema Nacional de Salud” (SNS).
Lo anterior parece indicar que el número de médicos y estomatólogos incluye los que brindan servicios en clínicas internacionales y los que cumplen contratos estatales en el exterior, en misiones o colaboraciones médicas que, en enero, ascendían a 23 792 en 56 países, de acuerdo a datos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX).
Debido a la falta de transparencia de las autoridades e instituciones cubanas, se desconoce cuántos de los que trabajan en contratos estatales en el exterior son realmente graduados de carreras médicas, o cuántos están de licencia por motivos personales, por lo tanto, no se puede hacer un desglose de cuántos médicos y enfermeros se encuentran trabajando actualmente en salud pública en Cuba.
La última vez que el discurso oficial ofreció detalles de cifras fue en marzo de 2020, cuando reportó que más de 28 mil sanitarios cubanos estaban en 59 países de los cuales 18,000 eran médicos, citó un informe de Archivo Cuba.
Por tanto, la relación médico por cantidad de habitantes, en la práctica, es necesariamente mucho mayor que la que vende la propaganda oficial. Especialmente si se tiene en cuenta el éxodo maquillado de residencia permanente. Es decir que los sanitarios solo serán considerados emigrantes y, por tanto, fuera del SNS, dos años después de haber salido del país.
¿Médicos negociantes o migrantes?
“Si estando en la calle comienzas a sentirte mal, raro de salud, y el hospital te queda lejos, acude al bar, cafetería, restaurante o MiPyme más cercanos. Allí encontrarás seguro a un médico o a una enfermera… como a un maestro o a un intelectual”, escribió en su página de Facebook el periodista cubano Cuscó-Tarradell.
La observación, que alude a la estampida de personal médico y cualificado hacia otros empleos mejores remunerados del sector privado, no es de la autoría de Cuscó, aunque le haya agregado su firma a pie de nota, sino que se ha viralizado desde otros perfiles en días recientes y responde a la preocupación de la población por el colapso sanitario que atraviesa Cuba.
A pesar de que varios usuarios coinciden con el comunicador, el tímido aumento de trabajadores por cuenta propia de 596,000 en 2021 a 596,300 en 2022 sugiere que la huida en masa del personal de la salud no se orienta al sector privado y tampoco se puede atribuir al último año, a menos que otros pequeños empresarios hayan rescindido sus licencias y en su lugar una oleada de decenas de miles de médicos los haya reemplazado -ahora como camareros, hosteleros, estilistas, etc, lo cual es muy poco probable.
Lo que sí es posible que el tránsito hacia la pequeña y mediana empresa privada haya comenzado un poco antes, y el déficit de médicos de este último año indique que los sanitarios han elegido el arduo camino de la emigración como parte de los cerca de 233,000 cubanos que han arribado a Estados Unidos en el pasado año fiscal, de acuerdo a cifras oficiales.
En este sentido, destacan los doctores Manuel Guerra, Alexander Raúl Pupo Casas y Alexander Jesús Figueredo Izaguirre, así como Noemia Rodríguez y otras decenas de galenos cubanos menos conocidos, pero que también han abandonado el país.
Tal es el caso de más del 50% del grupo de galenos holguineros que protestaron en agosto de 2021 por la falta de medicinas e insumos para enfrentar el COVID-19 y en respuesta al reclamo del Primer Ministro Manuel Marrero Cruz, quien culpó a los médicos de mala atención a los pacientes en momentos de la peor crisis sanitaria hasta ese momento.
También es probable que unos hayan entrado a territorio estadounidense gracias al Programa de Reunificación familiar, o figurado entre los más de 5.000 que llegaron de la manos de traficantes ilegales a Europa en los últimos meses, según una investigación reciente de Interpol. Igualmente, pudieron haber sido beneficiarios del nuevo parole humanitario, la vía express por excelencia para la migración legal hacia Estados Unidos.
¿Cómo frenar la estampida?
Para las autoridades cubanas, la fórmula es sencilla: coacción y limitación de derechos. Por ello, mantiene desde 2015 la regulación a todo personal cualificado, en especial a los que ostentan especialidades médicas, amparados por el decreto-ley 306, modificativo de la ley 1312, Ley de Migración.
En virtud de esta legislación, el Ministerio de Salud Pública, prohíbe la salida del país a los especialistas de diferentes áreas de la medicina y, si fuera necesario a cualquier trabajador de la salud bajo el argumento de que son necesarios para el país. En realidad el sanitario cubano es visto como propiedad del estado que se adjudica el derecho de violar su libertad de movimiento.
Asimismo se han hecho llamados a sanitarios y técnicos de la salud jubilados para que se reincorporen al SNS, lo cual ha encontrado el apoyo de algunos de ellos, a pesar de que los magros salarios no constituyen un incentivo ni parece que van a mejorar.
Y sin duda este es uno de los problemas que enfrenta el sector de la salud en Cuba, donde los salarios van desde 3,110 en el caso de un enfermero básico a 5,810 en el caso de un Médico Especialista de II Grado, según la Resolución 37 de 2020, en un país con una inflación galopante donde el valor del dólar excede los 220 pesos cubanos.
Más recientemente, una indicación desde el MINSAP pretende forzar a los trabajadores de la salud que se encuentran en sus casas para que se reincorporen al SNS ante la crisis de personal.
La orden es que a “todos los galenos que se encuentran más de un año con peritaje médico, se les realice una nueva evaluación en las comisiones médicas provinciales donde se defina el nivel de limitaciones de cada uno de ellos y valorar el nivel de actividad que puede realizar”. El proceso debe concluir en octubre, según cálculos del gobierno cubano.