El Juzgado Cuarto de Guatemala, bajo la dirección del juez Pedro Rodolfo Laynez, ha condenado este jueves a cuatro años de prisión al cirujano plástico Kevin Malouf, la anestesióloga Lydia Silva y los enfermeros Susana Rojas y Luis Castro por el delito de obstaculización a la acción penal. La condena se ha impuesto después de que aceptaran los cargos por la muerte de Floridalma Roque, una mujer hondureña fallecida tras someterse a una cirugía estética el 13 de junio de 2023 en Ciudad de Guatemala.
Sin embargo, la pena ha sido reducida a dos años de prisión conmutables por cinco quetzales diarios (equivalente a 0,60 euros), ya que todos los acusados han admitido haber tratado de ocultar la muerte de Roque. Simularon que la paciente había abandonado la clínica tras la operación, realizada en una de las zonas acomodadas de la capital guatemalteca. Además, los condenados no podrán ejercer su profesión durante los próximos cuatro años.
El enfermero Luis Castro ha sido además condenado por encubrimiento propio y recibirá una pena adicional de dos meses de prisión, que también ha sido reducida a la mitad por aceptar los cargos. Será el único de los cuatro que recupere su libertad, tras pasar más de un año en prisión preventiva. Por su parte, Malouf, Silva y Rojas seguirán detenidos, ya que enfrentan cargos adicionales: Malouf y Silva por homicidio, y Rojas por complicidad en el homicidio.
El próximo 19 de septiembre, los tres acusados deberán comparecer en una audiencia de etapa intermedia, donde se decidirá si son enviados a juicio. El Ministerio Público solicitó la modificación de los delitos tras confirmar, a través del Instituto Nacional de Ciencias Forenses, que los restos hallados en una fosa en San Vicente Pacaya correspondían al cuerpo de Roque, quien murió durante la intervención.
El fiscal Marlon Ordóñez detalló que Kevin Malouf habría descuartizado el cuerpo de Roque con una sierra antes de enterrarlo. La paciente, que había viajado desde Estados Unidos para una cirugía estética, sufrió complicaciones graves durante el procedimiento, con niveles de glucosa extremadamente elevados que provocaron dos infartos, el segundo de los cuales resultó fatal.
La investigación reveló que Malouf mintió sobre la desaparición de Roque e informó falsamente a su familia de que había abandonado la clínica por su propio pie. Además, su equipo de trabajo admitió que habían colaborado en ocultar la muerte debido a las amenazas del cirujano, quien había ordenado deshacerse del cuerpo de la paciente tras su fallecimiento.