Hoy: 3 de diciembre de 2024
La Organización Mundial de la Salud ha alertado de que cada año mueren alrededor de un millón de personas por intoxicación por plomo. Esta reivindicación llega con motivo de la 10ª Semana Internacional de Prevención del Envenenamiento por Plomo (ILPPW), donde las autoridades han pedido que los países adopten las medidas necesarias para prevenir la exposición a este metal, especialmente en los niños.
Y es que, muchos menores están expuestos a niveles bajos de plomo que causan problemas de salud de por vida como, por ejemplo, anemia, hipertensión, inmunotoxicidad y toxicidad en los órganos reproductivos. “Los efectos neurológicos y conductuales del plomo podrían ser irreversibles“, ha alertado el organismo de Naciones Unidas.
Por ello, es indispensable que se identifique la fuente de exposición al plomo y se tomen medidas para reducirla, ya que “no existe un nivel seguro” de exposición a este metal. “La exposición al plomo es especialmente peligrosa para los cerebros en desarrollo de los niños y puede resultar en una reducción del cociente intelectual (IQ), capacidad de atención, deterioro de la capacidad de aprendizaje y mayor riesgo de problemas de conducta. Este daño prevenible al cerebro de los niños conduce a una trágica pérdida de potencial”, ha detallado la directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, María Neira.
El plomo es una sustancia tóxica presente de forma natural en la corteza terrestre. Su uso generalizado ha dado lugar a una importante contaminación ambiental, a la exposición humana y a graves problemas de salud pública en muchas partes del mundo, ya que va acumulándose en el organismo.
Este acúmulo afecta a diversos sistemas del cuerpo, incluidos el sistema nervioso central y el cerebro, el sistema reproductivo, los riñones, el sistema cardiovascular, el sistema sanguíneo y el sistema inmunitario. Además, puede depositarse en dientes y huesos.
El plomo presente en los huesos puede pasar a la sangre durante el embarazo y se convierte en una fuente de exposición para el feto a lo largo de su desarrollo. Los niños con desnutrición son más vulnerables porque sus organismos absorben mayores cantidades de este metal en caso de carencia de otros nutrientes, como el calcio o el hierro.
La exposición tiene graves consecuencias para la salud de los niños. Si el grado de exposición es elevado, el plomo ataca el cerebro y el sistema nervioso central, lo que puede provocar un coma, convulsiones e incluso la muerte. Los niños que sobreviven a una intoxicación grave por plomo pueden padecer secuelas, como discapacidad intelectual o trastornos del comportamiento.
Se ha comprobado además que, en niveles de exposición más bajos que no provocan síntomas evidentes, el plomo provoca daños muy diversos en múltiples sistemas del organismo humano. En los niños puede afectar, en particular, al desarrollo del cerebro, lo que a su vez entraña una reducción del cociente intelectual, cambios de comportamiento —por ejemplo, disminución de la capacidad de concentración y aumento de las conductas antisociales— y un menor rendimiento escolar.
La exposición humana se suele evaluar midiendo la concentración de plomo en sangre. Sin embargo, no existe ningún nivel por debajo del cual se pueda afirmar que la exposición al plomo no tiene efectos nocivos. Incluso una concentración sanguínea de tan solo 3,5 µg/dl puede afectar a la inteligencia de los niños y causar problemas de comportamiento y dificultades de aprendizaje
Hay muchas fuentes de exposición a este metal en entornos industriales como la minería y la fundición, el reciclaje de desechos electrónicos y baterías de plomo-ácido, plomería y municiones en entornos que podrían exponer a niños y adolescentes, particularmente en economías en desarrollo.
Más de tres cuartas partes del consumo mundial de plomo corresponden a la fabricación de baterías de plomo-ácido para vehículos de motor.
La exposición también puede ocurrir en entornos no industriales, ya que la pintura con plomo se puede encontrar en hogares, escuelas, hospitales y parques infantiles. Los niños pueden ingerir escamas y polvo de juguetes o superficies pintadas con plomo o estar expuestos a través de cerámica vidriada con plomo y algunas medicinas y cosméticos tradicionales.
En la mayoría de países, la eliminación gradual de la gasolina con plomo, sumada a otras medidas de control, ha permitido reducir significativamente las concentraciones de plomo en la sangre de las personas. A fecha de julio de 2021, el combustible con plomo para coches y camiones ya no se vende en ningún lugar del mundo.
“Hemos logrado avances significativos. El mundo ha visto una reducción significativa en el uso de plomo en la pintura en los últimos 10 años, y hay más de 84 países que ahora tienen controles legalmente vinculantes para limitar la producción, importación y venta de pinturas con plomo”. Pero aún queda más trabajo por hacer, El envenenamiento por plomo es completamente prevenible a través de una variedad de medidas para restringir los usos de este metal y monitorear y manejar las exposiciones. Es por eso que este año estamos ampliando el alcance para prevenir todas las fuentes de exposición al plomo”, ha zanjado la Jefa de la Unidad de Seguridad Química del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Saludde la OMS, Lesley Onyon.